Cualquier persona enamorada amaría escuchar la voz de aquella persona que hace latir tu corazón a mil, pero yo no era así, yo quería dormir.
Empecé a hacer una rabieta sobre la cama, destendiendo esta y logrando que algunas sábanas caigan al suelo mientras pataleaba.
- ¡Caray Mei! Es la una de la tarde.
Reaccioné. Estaba en casa de Jaemin, debía comportarme mejor.
Me eché boca abajo, poniendo mi cara sobre la almohada y asentí, ya era hora de levantarme, que fastidio.
Escuché que Jaemin cerró la puerta del cuarto, dejándome sola en esta, y fue ahí cuando me levanté y pude ver que había dejado unas prendas en la silla de su escritorio.
Pasé a oler mi axila, todo genial, no necesitaba darme un baño.
Me pusé una blusa blanca, un jean tiro alto y los mismos zapatos de la escuela, por el cabello no me hice tanto problema, era corto y lacio, algo fácil de controlar. Dejé mi uniforme sucio en la misma silla y dispuse a salir de la habitación.
Bajo las escaleras me esperaba Jaemin, quien hablaba con una señora.
- Debes llevar a Yangmi contigo, fin del asunto.
Jaemin notó mi presencia y soltó una sonrisa que mi corazón no resistía.
Estaba bajando las escaleras lentamente cuando una pequeña niña tomó de mi mano y me hizo bajarlas corriendo mientras yo pedía piedad por mi vida.
- ¿Por qué me llamaron?-decía mientras mantenía una sonrisa que dejaba ver su falta de dientes.
Era pequeña, unos ocho años diría yo, seguramente el ratón de los dientes había pasado hace ya unos días.
Jaemin miró a la señora y luego a Yangmi y asintió.
- Llevaré a Yangmi a...-hizo un sonido como los tambores.- ¡Un parque de diversiones!
Estaba tan embelesada mirando a Jaemin que había olvidado saludar a su madrastra.
- ¡Buen día!-dije casi gritándole en la cara.
Que buena impresión, Mei.
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Estaba esperando sentada a Jaemin y Yangmi, ellos estaban en una montaña rusa, pero realmente no era la gran cosa, era una apta para Yangmi.
Jaemin se notaba aburrido, pero cuando Yangmi miraba hacia él, incluso empezaba a gritar y a mover los brazos, acto que me hacía soltar una sonrisa.
Estaba ahí, sentada mientras los observaba mientras comía de mi algodón de azúcar cuando noté la presencia de Renjun junto a Hyuck, cosa que Jaemin también notó.
Renjun se acercaba corriendo hacia mí con la boca abierta, parecía que quería decirme algo.
Una vez llegó a estar frente a mí, tomó mi mano y tomó aire.
- Mei, tu mamá necesita hablar con ambos sobre algo importante. Es sobre el trabajo de papá, debemos volver a China.
Mi mente no procesaba aquellas palabras y mucho menos mi corazón.Tenía la boca abierta, mis ojos eran neutros pero se podía notar mi desconcierto, me faltaba el aire.
Asentí y decidí irme del parque de diversiones, pero debía despedirme de él, y para siempre.
Voltee para buscar a Jaemin, pero él estaba atrás mío, y tenía los ojos llorosos. Había escuchado suficiente.
- Ve.-dijo sollozando.-lo entiendo.
Plantó un beso en mis labios, fue un beso tierno, sin importar la presencia de los demás él lo hizo, pero a la vez hizo que lágrimas brotaran de mis ojos y mi garganta empezara a doler.
- Lo lamento tanto.- dije en llanto.
-No es tu culpa.- respondió, pasando sus dedos por mi cara para limpiar las lágrimas.
Asentí y fui junto con Renjun y Hyuck.
Todo estaba saliendo demasiado bien como para ser cierto. Y lo cierto es que yo lo amaba, yo amaba a Jaemin.
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