Lo había escuchado.
Todo hasta el final.
Lo único audible en aquella habitación eran los roncos gemidos de Jungkook y los leves jadeos de Tae.
Jimin solo podía observar la pequeña cajita entre sus manos que contenía un pastelillo hecho especialmente para Jungkook.
Lo había hecho con Seokjin en las cocinas de la empresa, el mayor no sabía cuál era su propósito, pero Jimin, este lo había hecho especialmente para obsequiarlo cuando expusiera sus sentimientos a Jungkook.
Sin embargo jamás pensó que se llevaría una grata sorpresa al llegar al departamento.
Primero se había alarmado por la discusión de Jungkook y Taehyung en la habitación, estaba dispuesto a intervenir, y lo hubiese hecho si no hubiese escuchado a Jungkook.
Escucho claramente como su corazón se estaba partiendo en mil pedazos por cada palabra mencionada por el castaño.
Ahora sabia la razón por la cual Jungkook recurría a él, por la cual le abrazaba y lloraba sin decir nada, todo había sido por aquellas peleas mencionadas por Taehyung en la actual pelea.
Él lo había mal entendido, todo lo que paso fue una confusión de él.
Estaba seguro de que Jungkook le correspondía... Pero este solo había confiado en él como Hyung, como un amigo.
Al parecer lo habían resuelto y los sonidos que se escuchaban lo confirmaba, Jimin ya no tenía nada más que hacer ahí.
Con sollozos retenidos y sus piernas temblando se dirigió a su cuarto, había sido muy mala idea regresar a casa, solo quería que llegaran sus demás compañeros y poderlos abrazar en un sufrimiento silencioso. Porque él no diría nada.
Lo que menos quería era que Bangtan tuviera problemas por su culpa y menos por una tonta confusión.
Si tan solo no hubiese sido un tonto, un idiota y haber malentendido todo.
—Lo lamento... —susurro para sí mismo mientras se recostaba en su suave cama.
Su mirada estaba pérdida en el edredón amarillo bajo de él, ese maldito edredón eran tan hermoso y tan tóxico le hacía recordar los pequeños momentos que paso con el Maknae, le hizo recordar también las pequeñas historias que se imaginaba teniendo a Jungkook consigo.
¿Porque había creído que Jungkook por fin correspondía sus sentimientos?
Lo peor de esto es que sin saberlo había dañado a su mejor amigo Taehyung.
Pero él no lo sabía, no sabía que Taehyung era su pareja. Pero debió su ponerlo.
Ahora entendía aquellos distanciamientos por parte del pelirrojo, ahora entendía aquellos celos extraños que percibía.
Las horas pasaron y unos suaves toques en la puerta detuvo sus pensamientos, no quería abrir y ver el rostro del castaño.
—Jimin-Ah~ —canturreo Jungkook detrás de la puerta, traía la comida de Jimin y él.
El chico de cabellos azules ya se encontraba abriendo la puerta con una pequeña sonrisa.
—Jimin nos han traído la comida, espero no te moleste que venga a comer contigo —sonreía mientras miraba la pequeña bolsa entre sus dedos, sin embargo esa sonrisa se borro al instante de ver los ojos de Jimin que estaban inundados en lágrimas aun sosteniendo una débil sonrisa.
—Pasa, Kook —habló Jimin antes de que el castaño preguntará qué pasaba.
Jungkook dejó la bolsa de comida junto a una pequeña caja que contenía un hermoso pastel.
Se acercó a Jimin en volviéndolo en sus brazos, el pequeño de cabellos azules temblaba sin hacer algún ruido, se negaba a quebrarse más de lo que estaba.
—Siempre puedes contar conmigo, Hyung —le susurro el pelinegro.
Jimin sabía que Jungkook no tenía la culpa de nada, nadie la tenía más que el mismo por ilusionarse. Solo le quedaba imaginar que aquel abrazo era porque por fin era correspondido.
—Lo sé.
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Bodega de Drabbles & O.s || Kookmin ||
Romance❝Diferentes situaciones, diferentes Drabbles❞ 💕 ✏Pequeños fragmentos de situaciones hermosas. ✏100/400 o más palabras. ✏Jikook/Kookmin.