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Giro encantado, observando las pequeñas luces que decoraban aquella grande casa, Jimin se encontraba en una de las fiestas de la manada Jeon; por fin pudo asistir a una, la verdad es que aun no entendía el por qué Jungkook, su alfa, nunca le dejaba asistir, ni siquiera lo había presentado a su manada.
Sin embargo hace algunos días una invitación llego a su departamento en la ciudad, él era uno de los poco omegas que cursaban la universidad, las manadas miraban mal que un omega se superara, pero a él no le importaba la opinión de nadie, y creía férvidamente que a Jungkook tampoco.
Por mucho tiempo sus amigos le dijeron que tal vez Jungkook lo escondía de su familia, al ser omega de ciudad tenía varias desventajas en las provincias, pero el amor de Jungkook era tan puro que dudo que el alfa pensara siquiera en eso, y la invitación en su puerta lo comprobó, pues seguramente fue él quien la envió.
Con una sonrisa se adentro mas en aquella ruidosa fiesta, alfas, omegas y betas reían y bailaban al compás de la música, ¿Qué estarían festejando?
—Hola, ¿de parte de que familia viene joven? ¿De la novia o del novio? —le pregunto una linda omega al verlo perdido.
— ¿Están celebrando una boda? —pregunto curioso, ¿se estaría casando un familiar de Jungkook?
—Sí joven, la boda de la señorita Hyuna y el Joven...
El corazón y mente del omega dejo de funcionar unos segundos, todo el ruido a su alrededor había cesado, de la entrada de aquella casa salía una pareja recién casada, ella con su hermoso vestido blanco y él con su pulcro traje negro, sonriendo de la forma que creía que solo lo hacía con él.
Jungkook.
Fueron tan solo unos segundos que sus miradas coincidieron, la sonrisa del alfa se borro por completo y sus facciones cambiaron a un pánico.
El lobo del Omega rasguñaba fuertemente dentro de él, aullaba dolido, quería salir lo más rápido de ahí.
Jimin le sonrío y se dio la media vuelta, tratando de controlar sus lágrimas que amenazaban con derramarse.
Su lobo se sentía rechazado y eso para un omega, era el peor sentimiento que podía experimentar.
Estaba a punto de dejar aquella fiesta, caminaba con prisa por las mesas decoradas, pero antes de llegar a la salida, él alfa Jungkook se paro frente él.
Jadeaba cansadamente, pues había dejado todo atrás y corrió tras el pequeño castaño.
—Jimin, Yo... —Jungkook hablo desesperado.
—Así que esta era la razón ¿No? Al final si te avergonzaba tener a un omega que se quería superar —Jimin sonrió dolido.
—No Jimin, déjame explicarte —hablo apresuradamente—, Mi manada está en crisis, debía emparejarme con la omega de la manada vecina y así formar un lazo para no dejar caer a mi gente.
