One shots de Mystic Messenger

5. El regalo (Saeran y Saeyoung)

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Metí el bizcocho en el horno y me puse a preparar el frosting para la tarta de chocolate que había hecho para el cumpleaños de los gemelos. Mientras me aseguraba de que todo estuviese perfecto, escuché a Saeyoung entrando por la puerta.

—¿Mi amor? ¡Ya estoy en casa!

—¡Saeyoung! ¡Estoy en la cocina!

—¡Woah! No me digas que... ¿estás preparando mi tarta favorita? Awww quiero probar. —Vino hacia mí y metió los dedos en el frosting. Le di un toque en la mano para regañarlo.

—¡Quieto! ¡Tienes que esperar a que esté listo! ¡No es solo para ti!

—¡Pero diosa! —insistió.

—¡He dicho que te esperes!

Vi como bufaba y puso cara de indignación.

—¿Solo un poquito? —me rogó.

—No cuela.

—¡Pero es mi cumple! ¡debes hacer lo que yo diga! —se quejó—, ¡no al revés!

Me reí al ver su frustración.

—Sigue sin colar.

—¿Ah no? —alzó la ceja con picardía—. Eso ya lo veremos. —Sus fuertes brazos me envolvieron, atrayéndome hacia su pecho.

Sus labios templados comenzaron a rozar mi cuello de forma cadenciosa. Le gustaba recrearse en él, sabía que aquello me encendía y también era muy consciente de lo que vendría después.

Comenzó a besar mis labios con entusiasmo, su lengua tibia acariciaba la mía, provocando cierto calor por todo mi cuerpo. Sus manos en mi cintura fueron descendiendo hacia mi trasero. Ligeros gemidos salían de mi garganta, provocando que se endureciera.

—Miau, ya me pusiste duro —susurró—. ¿Lo notas? —Se burló un poco, apegando más su pelvis a la mía, haciendo que fuese muy consciente de lo que acontecía entre sus piernas.

—Saeyoung, él podría llegar en cualquier momento —recordé, refiriéndome a su hermano.

—Entonces se alegrará de vernos.

—¿Qué? —me dejó atónita.

—¿No te diste cuenta? Le gustas —afirmó con toda la tranquilidad mientras me devoraba a besos y caricias.

—Pero es tu hermano. —Lo cierto era que sí me había percatado de que a Saeran le atraía, pero yo amaba a Saeyoung, tenía claros mis sentimientos por muy similares que fuesen en cuanto al físico.

—Lo sé, por eso no puedo culparlo por gustarle la misma mujer que a mí. —Su tono neutral me estaba molestando, ¿acaso no le afectaba que le gustase a su hermano?

—Saeyoung, ¿estás diciendo que no te importa?

—¿Qué? claro que me importa, ¿cómo no iba a hacerlo? pero no podría pelearme con mi hermano por eso. —Detuvo lo que estaba haciendo para mirarme a los ojos.

—No acabo de entenderlo, si él dijera un día que quiere estar conmigo, ¿tú no te opondrías?—indagué.

—No se trata de eso —contestó acariciándome el cabello—. Si tú lo quisieras, yo... tendría que respetar tu decisión.

—¿Entonces no lucharías por nosotros? —insistí.

—¡¿Uh?! ¡Claro que sí! —alzó la voz—, ¡no es eso lo que quise decir! —parecía nervioso y frustrado.