¿Ustedes tienen gatos? ¿creen que son adorables? ¿bonitos? ¿achuchables y suavecitos?
Eso pensaba yo hasta que conocí a Elizabeth III.
Amo a Jumin, de verdad lo hago, pero esa gata es el demonio, y cuando os diga el porqué me comprenderéis.
Mi historia comienza el día en el que Jumin y yo nos pusimos demasiado cariñosos. Queríamos disfrutar el uno del otro, besarnos, abrazarnos, y otras cosas que riman.
Estábamos en la cama, él me quitaba la blusa y yo le desabrochaba el cinturón.
Todo bien hasta ese momento en el que sentí como esa bola de pelos se abalanzaba para ponerse entre nosotros, pegando un maullido sonoro y arañándome el brazo al instante. Impuso su mirada amenazadora sobre mí y luego se giró hacia Jumin, restregándose contra él para que le hiciera mimos.
—Disculpa a Elizabeth. Está necesitada de amor desde que estás tú en casa. Tal esté un poco celosa... no te lo tomes a mal.
—Ya, claro...
—Sabes que a Elizabeth no le agradan la mayoría de humanos. No te agites, no merece la pena.
—Está bien... no es nada. —Eso creía yo, pero con el tiempo me di cuenta de que no era la gata que aparentaba ser.
Los ataques se volvieron diarios, cada vez que Jumin me tocaba, me daba un beso o me dedicaba cualquier gesto de cariño. Y esos ataques iban a más, se volvían más violentos a medida que pasaban los días. La gata me odiaba, estaba claro, y yo la odiaba a ella.
Él lo achacaba todo a un problema de celos, por lo que comenzó a pasar más tiempo con Elizabeth que conmigo. Me tenía harta. Ni siquiera podía intimar con mi futuro marido.
Un día me quedé sola en el Penthouse. Estaba tumbada en el salón y la gata maldita me miraba de forma desafiante. Comencé a maldecirla en voz alta para desahogarme de la situación.
—Maldita gata de mierda, te odio, ser repugnante del averno. —Me miró como si hubiera entendido, y fue entonces cuando escuché una voz que me contestó.
—Yo también te odio zorra. —Espera... ¿la gata me había contestado? no... no podía ser. Tenía que habérmelo imaginado. Trataba de darle una explicación lógica cuando ella volvió a hablar. —No te lo has imaginado, zorra. Te estoy hablando.
—Wow, ¿entiendes el idioma humano?
—Jaja... ¿que si lo entiendo? ¿por qué no te muestro mi forma real? —De pronto la gata comenzó a transformarse en una hermosa chica con una belleza deslumbrante. Tenía los ojos azules, el pelo largo y blanco como la nieve, y una piel a juego, de porcelana e inmaculada. Quise gritar pero no me salían las palabras. Me llevé la mano a la boca de la sorpresa.
—T-tú... ¿tú eres una humana?
—Soy su humana. La única mujer con la que Jumin estará siempre. Él me quiere a mí, siempre será así. Acéptalo, humana de pacotilla.
—Mira, gata de mierda, si te crees que me vas a intimidar con tus palabras, déjame decirte que lo llevas claro. Podría envenenar tu comida ahora mismo y decir que fue un accidente.
—¡Jaja! Por favor... ¿sabes cuántos años tengo? ¿conoces el dicho de que los gatos tienen siete vidas? Yo ya las sobrepasé hace tiempo. Soy inmortal. Me quedaré con Jumin hasta su muerte, y yo seguiré viva y coleando.
—Ni lo sueñes, Jumin es mío ahora. Acéptalo.
—Nunca ha sido tuyo, él está enamorado de mí y pienso hacerte la vida imposible hasta que te vayas de aquí. Tú decides.
—Él no está enamorado de ti, me prefiere a mí, soy su futura esposa, fulana.
—Jaja, eso ya lo veremos. ¿Cómo crees que reaccionará Jumin al verme así? Su sueño se hará realidad. Soy la humana - gata perfecta. Se olvidará de ti en un segundo. —La rabia me carcomía, y tuve el impulso de abalanzarme sobre ella y tirarle de los pelos. Ella se defendió tirándomelo a mí. Estábamos enfrascadas en plena pelea cuando escuchamos la puerta de la entrada.
Jumin apareció en el salón y vio tal espectáculo. Solo que Elizabeth volvía a ser una gata, y yo la estaba agarrando, tirándola de los pelos. La solté de inmediato, dejándola en el suelo.
—N-no es lo que parece, Jumin.
—¿Y qué es? Porque parecía que estabas agrediendo a mi gata.
—Ella... ¡me agredió a mí primero! ¡tienes que creerme!
—Basta ya, MC. Esto ha ido demasiado lejos. Coge tus cosas y vete.
—Jumin...
—No quiero volver a verte. Hemos terminado. —Su mirada era de dolor, y confusión. Sentí como si me clavaran un montón de cuchillas en el corazón. Hice la maleta y cuando fui a salir por la puerta, lo último que vi fue la mirada de la gata, sonriéndome.
.......
*Nota:
Sé que es una ida de olla, jaja, pero me divertí escribiéndola. Ya me voy a dormir, que aquí son las tantas, xD.
Buenas noches/tardes/mañanas, os quiero UwU
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One shots de Mystic Messenger
FanfictionRelatos variados independientes de Mystic Messenger basados en cada una de las rutas. Pueden contener lemon / contenido erótico. Mystic Messenger y sus personajes pertenecen a Cheritz. La imagen de la portada es de: https://www.instagram.com/ningyos...