One shots de Mystic Messenger

25. No hay dos sin tres (Zen x Mc x Jaehee)

*Nota:

¡Holiis! Llevaba casi un mes sin actualizar este libro, así que animé a retomarlo. Si tenéis más sugerencias de trí... digo, peticiones, podéis dejármelas aquí o por privado, y si me inspiran, las llevaré a cabo :D

Espero que os guste ;)

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Ya era la hora del cierre en la cafetería y nos decidimos a testar algunas muestras de café para añadirlos a la carta.

—Este es el café perfecto —sentencié con seguridad. Habíamos estado semanas intentando decidirnos por la nueva mercancía. Queríamos algo nuevo, diferente, y supe que lo habíamos encontrado. Pero Jaehee no estaba tan segura de ello, tenía miedo de que a la gente no le gustara y que terminaran por no visitar el recinto.

—No sé, Mc, ¿crees que nos dará beneficios? En mi opinión, es demasiado dulce y tiene un sabor un tanto chocolateado, no creo que sea para todo el mundo.

—Creo que te agobias demasiado, Jaehee, por probar no pasa nada.

—Pero tengo otra opción aquí que quizás le agrade más a los consumidores. —Fue hacia la despensa y cogió una de las nuevas cápsulas para introducirla en la máquina. Rellenó dos vasos, ofreciéndome uno a mí y lo saboreó, deleitándose con el sabor. Para mi gusto, estaba muy amargo y bastante asqueroso.

—¿Quieres la verdad sin anestesia, o que te dore la píldora? —pregunté.

—Está bien, dilo.

—Sabe a mierda.

—Lo dices porque no te agrada el sabor fuerte a café.

—No, lo digo porque me sabe a mierda.

—Creo que deberíamos hacer que lo pruebe alguien más para obtener una mayor variedad de opiniones.

—Muy bien, como quieras. —Vi cómo tomaba su teléfono y marcaba al de siempre: Zen. Se había convertido en un pilar fundamental para nosotras desde hacía un tiempo.

—Ya viene de camino —comentó, mientras recogía las tazas. En un movimiento brusco, una de ellas se derramó sobre su delicada blusa blanca, transparentándose al instante su sugerente brasier de encaje negro. Obviamente no pude evitar fijarme en ello—. ¡Demonios! —Volvió a dejar las tazas sobre la barra y tomé un pañuelo para intentar secarla.

—Tranquila... —Pasé de forma cuidadosa el trapo por encima de sus pechos, tan redondos y suaves, sin poder dejar de admirar esas irresistibles 'colinas blancas' como diría Neruda. Joder... menudas tetas.

Siempre me había sentido atraída hacia Jaehee, pero nunca me había dado pie a nada. Para ella solo éramos buenas amigas, sin embargo, yo no estaba para nada de acuerdo con eso. Mi cuerpo empezó a calentarse debido al contacto directo y las mejillas de Jaehee se encendieron.

—Creo que es mejor que te quites la blusa para limpiarla mejor en el lavabo —sugerí.

—Tiene razón.

Me aparté de forma breve y empezó a desabrochar botón a botón, descubriendo su hermosa piel. Nos quedamos mirando y esta se mordió el labio. Puse los dedos sobre este para que dejara de hacerlo porque quería mordérselo yo. Madre mía, que alguien me parase.

—¿Sabes que el sexo es lo mejor para quitar el estrés del trabajo? —comenté, de forma totalmente discreta, y para nada agresiva.

—Oh, v-vaya... —Decidí ser valiente y aproximarme más a ella, acorralándola contra la barra—. Mc, ¿q-qué estás haciendo?