36. Juego de tres (Vanderwood x MC x Seven)

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La pelirroja se encontraba mirando el chat de la RFA, boquiabierta ante las palabras de Seven. Había una bomba en su apartamento, y no le había avisado hasta ese momento. Contuvo sus ganas de ir hasta su casa y matarlo después de haberle gritado un par de cosas.

Alguien había accedido al sistema y lo había modificado, por lo que podría explotar en cualquier momento y morir. Así que al de cabellos rojos no le quedó más remedio que confesar.

Sugirió una idea para calmar las aguas y que no lo matase en cuanto tuviese oportunidad. Esas noticias parecían haber desatado su furia. Lo llamó, gritando y exigiéndole una explicación, "la chica tiene carácter, me gusta, aunque tengo miedo" pensó para sus adentros. Le propuso quedarse en su casa el tiempo que fuera necesario para protegerla.

Además, sabía bien que podría haber gente detrás, y lo mejor era que se quedase con él, la mantendría a salvo. Tenía una habitación de invitados, y al fin y al cabo, su casa era el lugar más seguro en el que podía estar. Nada podría pasarle allí.

Fue a buscarla en uno de sus bebés, y examinó el sistema, usando sus habilidades para desactivarlo y que pudiera salir. Nada más verla, la boca se le bajó al suelo. Llevaba un corto vestido negro, muy ajustado, que envolvía sus hermosas curvas a la perfección. Ya la había visto antes en fotografías, y pensó que era linda, pero siendo sinceros, en persona era espectacular, "woah, está en otra liga". Casi sintió como las babas le caían por la barbilla, y se tapó la boca, tratando de disimular. Era cierto que la joven le atrajo desde el principio, y verla en persona provocó que el corazón le diese un vuelco. Sin embargo, no parecía interesada en él, sino en Zen o en Yoosung.

Podía notar lo bien que se llevaba con estos dos, y eso le ponía muy celoso, ¿pero qué iba a hacer? No podía competir frente a un actor con tanto carisma, tan sensacional y atractivo, ni tampoco con la ternura y buen corazón del rubio universitario. Era normal que no se fijase en él, solo era un simple hacker que pasaba desapercibido ante la gente.

Decidió continuar con su rol de amigo y le esbozó una sonrisa amigable cuando entró en el vehículo. La chica le dio un beso en la mejilla como saludo y este se quedó bloqueado, con los ojos bien abiertos y la cara muy roja. No se esperaba que fuese tan lanzada. Se rió al ver el rostro sonrojado del pelirrojo y no tardó en iniciar una conversación.

—Disculpa si te incomodé, es que soy muy cariñosa con mis conocidos —se excusó.

—¡Oh! ¡n-no es nada! Me ha gustado, q-quiero decir... ¡agh! ¡n-no es como si fuese un pervertido! ¡no estaba pensando en nada más! —Cuánto más se liaba con sus propias palabras, más le iba gustando a la pelirroja.

—Tranquilo, ¡ni que fuéramos novios! —bromeó esta última, aumentando la tensión entre ambos. Las mejillas del muchacho iban a explotar y la joven se rió.

—Más te gustaría salir con el dios Seven, ¿estoy muy solicitado, sabes? —se atrevió a guiñarle un ojo. Por muy avergonzado que estuviera, no iba a dejar que ganase esa batalla, si quería jugar, lo haría de vuelta, si bien estaba convencido que nunca derivaría en nada más que un simple tonteo. Pensaba que a ella no le llamaba la atención, y por otro lado no podía permitirse ningún tipo de relación, ya que estaba prohibido en la agencia. Aunque por soñar un poco no pasaba nada, ¿cierto? No era como si estuviera interesada. Al final ambos terminaron por reírse, y se quedaron mirando el uno al otro con fijación.

Ella lo observó. Su sonrisa era encantadora y sus ojos le cautivaban. Era todo lo que una chica podía pedir. Aunque se llevaba bien con todos los miembros de la RFA, con Seven parecía tener algo especial o eso pensaba. No quería equivocarse, pero su intuición le decía que a él también le gustaba.

One shots de Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora