One shots de Mystic Messenger

16. Especial Halloween I (Saeyoung)

*Nota:

¡Hola! Voy a subir varios especiales de Halloween estos días. No voy a dejar de lado las peticiones, no os preocupéis. Solo me apetecía hacer esto. Espero que lo disfrutéis ;)

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No podía conciliar el sueño. Pasaba cada noche en vela hasta los albores de la mañana, mi mente no podía parar de pensar en ella y mi cuerpo la anhelaba con un deseo desmedido. Mis sábanas, impregnadas todavía de su olor, me hacían recordar el sabor de sus labios, la bonita sonrisa que se formaba en su rostro cuando lograba hacerla reír y su olor embriagante, sobretodo después de hacerle el amor. No me acostumbraba a dormir solo, pero ella no volvería...

No iba a poder descansar en toda la noche, por lo que me levanté para dirigirme a la zona del escritorio. Encendí la lámpara de la mesita, que ella había elegido para la casa y me puse a trabajar para tratar de abatir mi soledad.

De repente el sonido del teléfono me sustrajo de mis pensamientos. Alguien me estaba llamando de madrugada. Me levanté de mi asiento y descolgué el móvil.

—¿Quién es?

—Saeyoung, soy yo. —No era posible, era su voz, ¿estaba alucinando? ¿realmente era ella?

—¿MC? ¿eres tú?

—Sí, te necesito, Saeyoung.

—Yo... yo también te necesito, no sabes cuánto. Pensé que... nunca volverías.

—¿Podrías venir? Te enviaré la dirección por mensaje. —Su tono de voz, algo tembloroso, me dio a entender que estaba asustada, ¿le habría pasado algo?

—¿Qué te ocurre? ¿te encuentras bien? —Un silenció reinó durante unos segundos, y seguidamente, ignoró mi respuesta.

—Por favor, ven. —La conocía demasiado bien, sabía que le pasaba algo. Ella no era así conmigo... necesitaba una confirmación de que todavía me amaba, de que no me había olvidado...

—MC... te amo. —Esperé nerviosamente su contestación al otro lado de la línea.

—Yo también te amo, Saeyoung. —Mi corazón dio un vuelco con sus palabras, aquello bastaba para mí. Me colgó después de aquello y salí corriendo por la puerta para ir al lugar que me marcó. Cuando llegué, se trataba de una especie de mansión tétrica y lúgubre que me provocó escalofríos.

V-vamos, no tengas miedo, estúpido. La puerta estaba abierta y con algo de desconfianza me dispuse a allanar el lugar.

Sentí una leve brisa helada que provenía de dentro de la casa. Era antigua y apenas estaba iluminada. Estaba rodeada de telas de araña y polvo por doquier. Continué avanzando con sigilo, tratando de dilucidar algo entre las sombras.

—¡Ahh! ¡diablos! —Me asusté y pegué un grito al tropezar con algún tipo de cacharro metálico que se encontraba en el suelo. No seas cobarde, Saeyoung.

Continué andando, cuando de repente la piel se me erizó al contacto de unas manos que se posaron sobre mi espalda. Esas delicadas manos que conocía a la perfección.

—MC... —Me giré para verla. En el momento en el que nuestros ojos se encontraron, mis latidos se dispararon. Estaba hermosa, más hermosa que nunca. Lucía un vestido largo con encajes, en tono granate, que abrazaba sus curvas de una manera deliciosa. Me tomó del rostro para acercarse a mi oído y susurrarme.

—Te eché de menos. —Sus labios rozaban con sutileza mi oído y mi cara ardía. Puse una mano sobre su mejilla y la miré de nuevo.

—Yo también... más que a nada. —Repasé la silueta de sus labios con la yema de mis dedos y me mordí el labio por las ganas que tenía de besarla.