Dedicado a mi unicornio favorito lekunicornio
Gracias por la petición tan ricolina, espero que lo disfrutéis!! :D
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Me estaba preparando para ir a la Freakcon, un Festival de Cosplay al que Saeyoung iba todos los años. Él se tomaba muy en serio el tema del disfraz, e insistió en que compitiéramos por ver cuál era el mejor atuendo. Quién perdiera tendría que ponerse el traje de criada por una semana, y hacer las tareas de la casa.
Siendo sinceros, no sé cómo me había liado para convencerme, pero terminé picándome con sus fanfarronadas. Se creía muy seguro de su éxito, sin embargo yo guardaba un arma de doble filo. Sabía lo que le gustaba más que a nada e iba a derrotarlo.
Habíamos quedado en vernos directamente allí. Él estaba trabajando en la tienda de juguetes y se vestiría ahí mismo e iría nada más terminar.
Me metí en mi Fiat 500 y me quité los tacones para conducir. Cuando llegué allí lo vi de espaldas. Llevaba unas alas doradas con brillantina y un vestido blanco con enaguas muy corto, que dejaban a la vista sus piernas de modelo. En los pies lucía unos tacones con un lazo rojo en el tobillo, espera... ¿qué diablos? ¿esos eran mis zapatos?
Me dirigí hacia él y le susurré por la espalda.
—¿Cuántos deseos me vas a conceder, Hada Madrina?
—Umm —se rió al percatarse de mi presencia—, a ti los que quieras. —Se giró para verme, quedándose atónito—. Woah, q-qué... t-tú, tú llevas... ¡aw, dios! —Sus mejillas iban a explotar.
Tal vez no se esperaba que fuese a aparecer vestida de gatita sexy en medio de un festival de cosplay. Me miró de arriba a abajo fascinado, sin perderse detalle.
—¿Y bien? ¿te dejé sin palabras?
—Maia, ¡creo que me va a sangrar la nariz! —La sangre comenzó a brotar y se tapó el orificio para frenarla.
—¿Estás bien, cariño? ¿quieres un pañuelo? —Saqué uno del bolso y traté de parar la hemorragia.
—¡S-sí! ugh, ¡gracias!
—Tranquilo —no pude evitar reírme.
—¿C-cómo quieres que me tranquilice? Estás... dios, q-quiero... vamos.
—¿Eh?
Me tomó de la muñeca de golpe, guiándome hasta la salida. Para mi sorpresa, caminaba muy bien en tacones. Se quitó las alas y tiró de mí para meterme en su coche.
—¿Saeyoung?
Me miró unos segundos y se lanzó a mis labios con ansias, cortándome el aire. Sabían a fresa.
—¡Um! ¿también llevas mi pintalabios? —indagué.
—Ajá, es muy cute, me queda bien, ¿cierto? —cuestionó riéndose, todavía con su lengua en mi boca.
—¿Algo más? —murmuré, excitada por completo.
—Tendrás que descubrirlo —alzó las cejas con picardía.
Pasó sus dedos por mis muslos sobrepasando el límite de mi falda y yo hice lo propio. Una erección notable asomaba en ¿mis braguitas?
—Estas también son mías —remarqué
—¡Esas rosas son mis favoritas! —se rió, poniendo voz de mujer.
—Ya veo.
—Ven aquí. —Me agarró por la cintura para sentarme sobre él.
Llevaba un corset rosa que se abrochaba por delante, el cual no tardó en deshacer. Se puso a comer mis pechos provocando mis gemidos. Sus manos volaban libres repasando cada una de mis curvas. Retiré a un lado las bragas y estimulé su duro miembro con mi mano, moviéndolo de arriba a abajo con premura.
Se estremecía con cada uno de mis toques, gimiendo sin control.
—¡Um, dios! ¡qué húmeda estás, gatita! —Sus dedos se colaron en mi intimidad bajo la ropa interior y no pude evitar gemir. Comencé a morder su cuello y se estremeció, soltando gemidos roncos y provocando que aquello creciera más y más, ¿acaso era posible?
Me la metió sin previo aviso ocasionando un chillido de sorpresa por mi parte.
—¡Ah! ¡dios, Saeyoung!
—¡Lo sé! ¡ah! ¡qué estrecha, gatita! —Movió su pelvis con ansias, dándome fuerte y duro sin remilgos.
Mis pechos subían y bajaban por las energéticas embestidas y sus vigorosos brazos apretaban mi trasero. Nuestras faldas se rozaban y me dejó varios chupetones morados en el cuello por la emoción del momento.
Mis paredes vaginales apretaban su pene, el cual llenaba todo mi sexo. Soltaba algún que otro suspiro de satisfacción cerca de mi oído, apretando mis nalgas con violencia. Cada vez gemíamos más fuerte, más seguido, y las estocadas se volvían más irregulares debido a la excitación.
—¡A-ah! ¡S-saeyoung! creo que voy a...
—¡S-sí! v-voy... ¡Ah! —Me apretó con fuerza el culo, asestándome duras estocadas con su gran longitud, que estaba palpitante y mojada, al límite.
Restregué mi cuerpo contra el suyo incrementando el ritmo. Nos dejamos llevar motivados por los espasmos que invadían nuestros cuerpos. Sentía un cosquilleo en el bajo vientre y pensé que iba a explotar del goce.
Saeyoung sabía bien cómo satisfacerme dándome en el punto más vulnerable, ese que lograba hacerme ver las estrellas. Nos mordimos los labios el uno al otro al tiempo que continuábamos con nuestro juego y apretó mis pechos con ansias, metiéndose uno en la boca. Enredé los dedos en su cabello tirando un poco de él.
Una oleada de calor recorrió todo nuestro ser de arriba a abajo y ambos nos fuimos al unísono, disfrutando de las últimas chispas de placer. Nos quedamos abrazados disfrutando del increíble orgasmo.
—Te amo —me susurró al oído, besándolo.
—Y yo a ti, me parece que gané el reto —sonreí.
—Eso es trampas, gatita —inquirió con cierto tono de burla, dándome una palmada en el trasero.
—Se siente, estoy deseando verte vestido de criada —me mofé—. Harás todo lo que te ordene.
—Um, eso no suena tan mal, miau. —Noté como su miembro volvía a crecer por debajo de la falda—. ¿Sabes? Esto de llevar falda me gusta, no hace falta quitarla para...
—Cierto —alcé las cejas.
—Sí... si quisiera podría volver a hacértelo ahora mismo... —se relamió el labio.
—¿Y a qué esperas? ¡A-ah! —Me sobresalté al volver a sentirlo dentro de mí. Nos perdimos el festival, pero definitivamente aprovechamos los disfraces.
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One shots de Mystic Messenger
FanfictionRelatos variados independientes de Mystic Messenger basados en cada una de las rutas. Pueden contener lemon / contenido erótico. Mystic Messenger y sus personajes pertenecen a Cheritz. La imagen de la portada es de: https://www.instagram.com/ningyos...