One shots de Mystic Messenger

20. Especial Halloween IV (Saeran, parte II)

*Nota:

¡Holi! Algunos me lo habéis pedido, así que ahí va. Segunda parte del shot de Halloween de Saeran.

Disfrutad :D

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Llevo horas trabajando, cumpliendo las órdenes de mi salvadora, cuando su voz sensual me distrae de mis tareas. Ahí está ella mirándome sin parpadear en el marco de la puerta.

—Amo, ¿quiere hacer algo para distraerse un poco? —La devoro con la mirada, es extremadamente hermosa. Lleva puesto un corsé rojo que marca muy bien sus formas y resalta todavía más sus pechos, que parece que se van a salir de un momento a otro.

Su dulce aroma llega a mi nariz y tengo la necesidad imperiosa de volverla a probar.

Veo como ella se acerca poco a poco a mí para posarse sobre mi regazo. Sus piernas rodean mi cadera y me abraza con sus brazos por el cuello.

Tiene los labios ligeramente rosados ¿ha estado alimentándose sin mi permiso?

—¿Has sido una chica mala? —pregunto, pasando mi dedo por su boca.

—Tenía hambre y no pude evitarlo, amo.

—Ya veo, ¿quién fue la víctima?

—Un chico pelirrojo muy apetecible... no le pregunté su nombre.

—¿Un chico pelirrojo? ¿cómo era?

—¿Qué más da? Lo dejé medio inconsciente... pero aún tengo mucha hambre, amo.

—Entiendo... —La piel se me eriza al contacto con su lengua en el lóbulo. Va descendiendo de forma paulatina hacia el cuello. Aprovecho para apartarle el cabello y hacer lo mismo en el suyo—. Hueles tan bien... —Me estremezco al sentir sus colmillos rozándome, jugando con mi cuello. Los enterra en mi piel con brusquedad, sin poder controlarse más. Está muy sedienta. No puedo evitar morderla de vuelta. Amo su sangre, es tan deliciosa... chupo cada gota que sale de su cuerpo.

Me abre la camisa y clava sus colmillos en mi pectoral.

Dios... la deseo. Mi pulso está acelerado.

Observo sus pechos duros y turgentes que parecen saltar del vestido, arriba y abajo y los aprieto con mis manos. No aguanto más para chuparla en esa zona, succionando con todas mis fuerzas. La escucho gemir y suspiro. La voy marcando, dejando mi huella por su bonito cuerpo.

Nuestros ojos se atrapan y la beso en los labios compartiendo nuestra propia sangre a través de las lenguas, que inician una batalla pasional.

Sus dedos acarician mi vientre y se cuelan bajo mi pantalón. Ya estoy duro y aún no me ha tocado. Baja la prenda a mis rodillas y noto su mano en la zona. Su tacto es glorioso, echo la cabeza hacia atrás, dejando escapar gemidos entrecortados de mi garganta.

Sus acciones me están volviendo loco. Quiero más... quiero sentirla.

Sus labios se mueven contra los míos, demandantes y le correspondo con desesperación, pasando mis dedos bajo su falda y apretando sus caderas con deseo. Le arrebato las bragas de un tirón y nos rozamos nuestra parte baja, frotándonos, tratando de satisfacer nuestras ganas.

No puedo más. Entro dentro de ella y siento una corriente eléctrica de placer por todo mi cuerpo.

Empiezo a mover mi pelvis y ella me ayuda. Mordisquea mi cuello durante las embestidas, eso me provoca todavía más. Agarro su cabello, estirándolo un poco y le ruego.

—Muérdeme... —Necesito sentir sus colmillos penetrando mi piel. Me obedece con lujuria y aprieto sus senos, que acaban, por fin, saliendo libres del vestido. Me lamo los labios disfrutando de la buena vista y muerdo su pezón con fuerza.

Nuestras respiraciones se vuelven irregulares y acelero más las embestidas, agarrándola del trasero y haciéndola dar saltitos sobre mí con rapidez y profundidad.

—Amo... c-creo que ya me voy... —Gruñe en mis labios, mordiéndolos y siento que llego a mi límite. Noto como perfora mi piel del deseo y me entrego por completo a ella sin aguantarme más. Se viene conmigo, gimiendo en mi oído.

Quiero más de solo escucharla. Quiero que sea mía, solo mía, para siempre.