42. Encantada de conocerte, Mary (Saeyoung)

13.8K 403 1K
                                    

Debía asistir a una cena de gala en un hotel en el que mi padre exponía sus joyas hechas a mano. Era una noche de tantas y me puse un vestido rojo ajustado y brillante, con una abertura en la pierna.

En el cuello llevaba uno de sus mejores diseños, una fina gargantilla de oro blanco con brillantes, sencilla pero elegante.

Me hice un recogido en el pelo, dejándome algunos mechones enmarcando el rostro y fui hacia allá. Había bastante gente dispuesta a adquirirlas, por lo que mi padre estaba ocupado charlando con los invitados.

Tomé una copa de champán y bebí un trago tras otro mientras observaba el panorama. Siempre me habían resultado aburridas ese tipo de reuniones, no obstante la de hoy sería especial, lo supe en cuanto vi a una deslumbrante chica pelirroja sentada en la barra.

Llevaba un bonito vestido largo, verde esmeralda y el cabello suelto y liso. Cuando nuestras miradas encajaron sentí como se me cortaba la respiración. Tenía unos increíbles ojos dorados que quitaban el aliento y me estaba sonriendo.

Hoy sería mi noche de suerte. Me acerqué, sentándome a su lado y pedí otra copa.

—Está siendo una noche larga, ¿cierto? —inicié conversación—, estas cenas siempre son aburridas.

—Oh, estoy de acuerdo, ¡aunque la comida es increíble! ¡carne de primera calidad! Hacía tiempo que no comía así —se rió—, digamos que mi ejemplo de alimentación no sería el mejor —esbozó una sonrisa de medio lado. Tenía una voz un tanto grave para ser mujer, no obstante eso no me molestaba, su tono era agradable.

—Ah, espera, déjame adivinar ¿comida precocinada y patatas fritas? —Levanté las cejas coqueteando.

—¡Wowww! ¡tú lo adivinaste! ¿cómo lo hiciste? ¡¿tienes cámaras en mi casa?! ¡eres una espía! O más bien... ¡una hacker! —me apuntó con el dedo de forma chistosa y no pude evitar sonreír.

—¡Exacto! ¡me pillaste! —le seguí la broma.

—¡Woaaah! ¡lo sabía! ¡en ese caso debes de ser la hacker más linda y sexy que vi nunca!

Su declaración tan directa hizo que mis mejillas se tornaran de un tono rosado.

Nos tomamos varias copas más y hablamos durante toda la noche, haciendo bromas y lanzándonos indirectas un poco pícaras.

Esa chica me hizo soltar varias carcajadas, era muy divertida e ingeniosa, de verdad me estaba gustando. No podía apartar mis ojos de su lengua y labios mientras se movían, imaginándome cómo se sentiría al tenerlos sobre mi cuerpo.

La atracción hacia ella me aturdía, me moría de ganas de hacerle lo que quisiera y escucharla gritar de placer.

Nos quedamos viendo al tiempo que mi imaginación volaba alto y la joven observó mis ojos con atención.

—¿Sabes? De verdad creo que eres la chica más hermosa de la sala —confesó mordiéndose el labio.

—¿Ah sí? —Puse una mano sobre su pierna de forma sugerente y vi como el color de su cara subía varios tonos.

—¿Eh? Es decir... ¡por supuesto! —se puso algo nerviosa—, ¿no sabías que llevo observándote desde que entraste por la puerta?

—¿En serio?

Asintió con la cabeza sin necesidad de palabras y pasé el pulgar por sus labios, que estaban tintados de un granate seductor.

Vi cómo tomó aire y sonreí. Noté cierta tensión sexual entre nosotras.

—¿Te apetece que vayamos a mi habitación? Tengo una reservada —propuse.

—¿Habitación? ¿quieres... que vaya contigo?

One shots de Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora