One shots de Mystic Messenger

43. Romance en el mar (Especial cumpleaños gemelos. Parte I, Saeyoung)

La suave brisa del mediterráneo refrescaba la habitación, trayendo el aroma del mar y de las flores. Había sido una gran idea hacer ese viaje de parejas a Italia, la novia de Saeran y yo lo planificamos todo para disfrutar de la playa durante una semana entera y celebrar el cumpleaños de los gemelos sin preocupaciones, en completa relajación.

Ese día once Saeyoung me despertó con suaves besos en el cuello y en la oreja. Me abrazaba desde atrás, estábamos desnudos bajo la ligera sábana, de haber hecho el amor esa misma noche.

—¿Te he dicho ya lo hermosa que estás cuando te despiertas? Amo tu pelo revuelto, aww —jugueteó con uno de mis mechones mientras me cubría de besos.

—¡No seas mentiroso! —me tapé con las sábanas, avergonzada, y se rió.

—¡Es en serio! ¡no te tapes esa carita tan linda! me encanta verte tan sonrojada —tiró de la tela que me cubría, dejándome desnuda, sometida a su escrutinio. Se puso sobre mí con sus piernas alrededor de las mías, atrapándome y su miembro respondió al instante, endureciéndose y palpitando contra mi sexo.

—Oh —no pude evitar gemir—, feliz cumpleaños, cariño —declaré casi sin aliento y el de ojos dorados me regaló una sonrisa sincera.

—Gracias, bebé —iba a darme un beso en los labios pero le detuve.

—Quieto, dientes limpios, ¿recuerdas?

—Um... ¡okay, okay! ¡todo por mi chica! —se levantó y no pude evitar recrearme la vista en su perfecto trasero.

Fui detrás y nos los lavamos a la vez.  En cuanto terminamos me dio un tierno beso en los labios y luego su boca se desplazó hacia mi oído.

—¿Sabes lo que  significa que sea mi cumple? —susurró con picardía a la vez que me guiaba de nuevo hacia la cama, recostándose sobre mí en el colchón.

—Um... ¿pastel gratis? —indagué al tiempo que recorría su musculosa espalda con mis dedos.

El chico sonrió de lado, acercándose a mi rostro.

—Gratis nunca suena mal, pero tenía pensado otro tipo de comida —alzó las cejas de forma sugerente y su mano se deslizó por mi vientre hasta llegar al monte de venus. Introdujo un dedo en mi interior y solté un gemido desbocado, arqueando la espalda. Se rió, victorioso, mordiéndose el labio inferior.

—Vaya, vaya, parece que alguien ya está muy mojadita para mí —se mofó, sacando el dedo y chupándolo de abajo a arriba, probando mis fluidos. Cerró los ojos disfrutando del sabor y gruñó un poco. Hizo un ruidito muy sexy en cuanto hubo acabado y se acercó a mis labios.

—Saeyoung, cómo te gusta provocarme —solté un suspiró, relamiéndome la boca.

—Eres tú la que me provoca, ¿no ves lo caliente que me pones? —agarró mi mano para poniéndola en su dura masculinidad y gimió en cuando comencé a moverla sin despegar la mirada de la suya—, quiero besar a mi linda novia por todas partes, poner mi lengua dónde tú quieras y otras cosas... te deseo tanto... —Sus manos conquistaron mis senos, apretándolos con vigor.

—Yo también te deseo —gemí en cuanto movió su pelvis, haciéndome sentir aún más su dureza—, y me encanta lo duro que te pones cuando te acaricio.

—¿Ah sí? Dios... me haces pensar en cosas tan sucias, tengo tantas ganas de oírte gemir mi nombre... juro por Dios que no pararé hasta que estés temblando de placer.

—Tengo muchas ganas, pero seguramente tu hermano y su novia nos estén esperando y...

Se inclinó antes de que pudiese terminar de hablar, atrapando mis labios. Soltó un gemido y le rodeé la cara con las manos para devolverle el beso. Ambos jadeamos de nuevo, excitados. Escuché como gruñó al sentir la piel caliente y húmeda de mis muslos mientras se deslizaba sobre mi vientre desnudo, rozando nuestras intimidades, logrando encender una hoguera en nuestro interior.