Estoy plenamente consciente de que el tiempo no está a nuestro favor. De que debería ser un poco más racional y actuar con la cabeza fría. De que los misterios podrían desvelarse después de que hayamos hecho lo que hemos venido a hacer.
Pero no puedo.
No puedo simplemente fingir que puedo olvidarme de todo esto por un momento.
Estoy cansada de esperar a que llegue el momento de obtener respuestas, si una y otra vez van añadiéndose más y más dificultades y obstáculos a nuestro camino. Estoy cansada de ser paciente. De que mi estúpida y maldita nobleza me impidiera interrogar a Cunningham cuando tuve la oportunidad. Pero esta vez es diferente. Esta vez no dejaré que Mewtwo se niegue a responder.
No importa que sea claro que él no quiere hablar.
No importa que Lucario tampoco esté conforme con la idea de que yo me imponga ante Mewtwo.
No me importa saber que, detrás de mí, Kyle y James siguen fulminándose con las miradas.
—Existen cosas que el ser humano no debe conocer, Sheryl. El humano destruye todo lo que toca. El humano destruye todo lo que no puede poseer. El humano es capaz de aniquilar lo que ya posee, con tal de que nadie más lo obtenga.
—Tú sabes bien que ningún de nosotros es esa case de humano, Mewtwo. Llévame con él.
—Sheryl, no tenemos tiempo para esto —interviene Lynda—. Aún tenemos que ayudar a Bradley.
—Esta podría ser mi única oportunidad, Lynda.
—Y también la nuestra —insiste ella—. Por favor, Sheryl...
Mierda. ¿Tienes que mirarme como si fueras un maldito cachorro?
Supongo que sólo queda una alternativa...
—Dime cómo llegar con él, Mewtwo. Necesito que tú vayas con Lynda y James, al otro lado de la isla.
—No puedo hacerlo.
—O puedo atraparte con una Master Ball y recordarte que yo soy una Entrenadora y tú eres un Pokemon.
—Sheryl, ¿qué mierda estás diciendo? —se queja James.
Creo que realmente extrañaba sentirme llena de poder.
—Confío plenamente en ti, Mewtwo. No me des razones para dejar de hacerlo. Dime cómo llegar con el Dios Legendario que te acompañaba en esta isla.
Sostiene mi mirada. Yo sostengo la suya. Es una lucha de poderes que no estoy dispuesta a perder.
San Petersburgo, Rusia.
Época actual.
Este lugar es una verdadera porquería. Es, claramente, lo que pasa cuando alguien comete el estúpido error de subestimar a una alimaña como Sheryl Crown. Es una pena que ella seguramente ya está a miles de kilómetros de distancia. No está aquí para dar la cara, ni para ver con sus propios ojos que sus planes estúpidos no han servido para nada. ¿En verdad creyó que una explosión podría destruir a este hombre?
Incluso yo sé que eso es imposible.
Es interesante ver cómo los rusos a los que mi padre quería mantener lejos son los mismos que ahora me reciben como a una reina.
La atmósfera podría ser mucho mejor. Al menos, es más fácil entrar a Rusia, que pasar por todos esos filtros de seguridad que rodean los territorios del Medio Oriente. Tienen a tantos dragones y tantos Pokemon de roca, que no hacen más que estorbar y retrasar lo inevitable. Al menos, mientras estemos aquí, todo sigue avanzando. Todo sigue bajo control, excepto por el hecho de que he perdido a todos los Legendarios que poseía.
Mientras tomo el vaso de vodka y veo al general Vadim Yevseyenko hacer lo mismo. Estoy totalmente segura de que ninguno de los dos bebe el vodka en realidad. Sólo inclinamos el vaso, queriendo aparentar lo contrario.
—Me parece bastante interesante que te sigas negando a mostrarme lo que ambos sabemos que tienes, mi querida Jacqueline.
—Y a mí me parece que eres un verdadero idiota si crees que andaría por ahí con Umbreon, Espeon y Flareon, sabiendo que hay personas como tú sueltas en cualquier parte del mundo.
Sonríe.
Sé que él lo sabe, y no le daré esa satisfacción.
—Son pocos quienes tienen el poder de manipular las mentes de los Dioses Legendarios para conseguir su lealtad —continúa—. Sheryl Crown es una de ellos.
—Acepté venir contigo porque dijiste que tenías una propuesta para mí. Si lo único que dirás será que quieres que te ayude a aniquilar a Sheryl Crown, te sugiero que lo olvides. Ella me pertenece.
Sigue sonriendo. Ahora sube la apuesta. Desliza otro gigantesco fajo de euros sobre la mesa. Está totalmente dispuesto a convencerme. No tiene idea de que incluso alguien como yo todavía puede negarse a venderse al mejor postor.
Sheryl Crown será mía. No importa cuánto tiempo tarde en encontrarla. Algún día bajará la guardia, y entonces tendré la venganza que sé que Skyler ha estado esperando. Sé que Skyler está conmigo. Esto es lo que ella quiere.
Okinoshima, Japón.
Época actual.
Los humanos destruyen todo lo que no pueden poseer. Los humanos sólo han causado problemas desde que Katzenner delató nuestra existencia. La ambición es lo que los ha llevado tan lejos, como para saber de alguno de nosotros. Como para sospechar que hay otros, en alguna parte. Saben demasiado. Son un peligro para nuestra especie.
¿Qué es lo que quieres de mí, Sheryl Crown?
¿Qué te hace pensar que eres diferente a todos ellos?
—Es ella. Ella es la humana que me atrapó.
Lo sé, Katzenner. Sé perfectamente quién es ella. Sé perfectamente lo que ha hecho. Y sé perfectamente cómo arrebatarle el poder que no le pertenece a la raza humana.
—Le has hablado de mí. ¿No es así, Katzenner?
—No. Ella me... me ha hecho preguntas sobre... un humano que nunca he conocido...
Eres curiosa, Sheryl Crown. Eso te hace mucho más peligrosa para nosotros.
Mewtwo, Mewtwo... Me has traicionado. Nos has traicionado.
Los Pokemon que confían en los humanos merecen tener el mismo destino.
—No le harás daño, ¿o sí? Ellos... a pesar de todo, han sido muy amables conmigo...
—El fin justifica los medios, Katzenner. Nuestros hermanos y hermanas deben ser protegidos.
Aunque, antes de encargarme de ti, Sheryl Crown... tengo que saber... por qué Mewtwo confiaría ciegamente en alguien como tú... Será la batalla más interesante que haya tenido en miles de años.
![](https://img.wattpad.com/cover/119544871-288-k895200.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pokemon Re-Start II: Suplicio
Fanfiction¿A dónde se ha ido mi fuego interno? ¿Cuándo fue que me volví tan débil y temerosa? Mi interior y mi exterior tiemblan como gelatinas cuando escucho el apellido Mawson. Me llena de temor. De inseguridad. De incertidumbre. Cada persona tatuada q...