Capítulo XXXV

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Les dejo una canción para que reproduzcan cuando Sheryl y Kyle están en la torre. "Say something" de Anna Blue. ¡Que lo disfruten!

     Puedo caminar. Puedo hacerlo sola. No necesito que ningún infeliz como Levitt me ayude, y a él no parece importarle. Cree que un tobillo roto es una señal de que puede llevarme en sus brazos, como si yo fuera tan débil y tan frágil...

La zona ha quedado destruida, y salir ha sido casi una misión suicida. Por suerte, lo hemos conseguido. Y más rápido de lo que esperaba, a decir verdad. Sin embargo, si algo ha quedado luego de que Serperior fuera atrapado, es que el aire está volviéndose cada vez más... ¿ácido? Eso parece. Incluso hace que nuestras pieles empiecen a escocer cada vez que nos golpea alguna ráfaga de aire. Hace que nuestras narices sangren, a no ser que cubramos nuestra boca y nuestra nariz con tela. E incluso eso dejará de ser útil eventualmente.

—Parece que Serperior era lo único que mantenía a esta isla con vida —dice Lynda—. ¿Qué haremos ahora? Si permanecemos aquí por mucho tiempo, el aire nos matará. Dudo que quede mucho oxígeno para nosotros...

—Tenemos que encontrar a Harrison —dice Kyle.

—Ese inútil no debe haber ido muy lejos —intervengo, antes de que Kyle considere que también tiene que hablar por mí—. No tiene ningún Pokemon, ni un arma... Deben haberse ocultado en otro sitio.

—Hay una columna de humo por allá —dice Lynda, señalando hacia el horizonte—. Dudo que sea una fogata... No escuché ninguna explosión.

—Tampoco yo —dice Kyle—. Pero tenemos que darnos prisa.

—Tenemos que separarnos —le digo—. Dale la Master Ball a Lynda.

—Dame órdenes cuando te hayas recuperado, Crown.

—Dale la maldita Pokebola, y nosotros iremos a buscar a Harrison.

Se toma sólo unos segundos para fulminarme con la mirada. Realmente no necesito que me deje sentada en una roca, como si no pudiera hacerlo por mí misma. Le lanza la Master Ball a Lynda, y ella la atrapa con ambas manos y dando un salto que la hace lucir insufriblemente adorable.

—Llévasela al señor Cunningham —dice Kyle—, y dile que volveremos pronto.

—Llévate a Lugia también. Llegarás más rápido.

—Hecho —responde ella, echando a correr en compañía de Pyroar—. ¡Cuenten hasta diez, y luego pueden besarse!

¿Qué...?

Esa niña... estúpida... No es el momento para decir esas... Mierda... Ese imbécil se ha... ¿Ese imbécil se ha...?

Vamos, Sheryl... No es el momento. No quiero tener nada que ver con ningún hombre por el resto de mi vida.

Kyle carraspea. Pasa una mano por su nuca y enjuga el sudor de su frente. Realmente estamos esperando a que Lynda se pierda de vista, y esto es incómodo...

—De acuerdo... —dice él—. Tú conoces mejor a Harrison que nosotros.

—Eso es debatible, puesto que ustedes sabían quiénes somos...

—¿Dónde puede estar?

—Escondido, siendo un idiota. Al igual que hizo cuando Perla se sacrificó... Si Mewtwo se ha llevado a Katzenner también, sólo pueden estar en un sitio. La torre de Mewtwo.

—¿Sabes cómo llegar?

—Sólo recuerdo que había un barranco. Fue ahí donde Onyx Fox me atacó, y yo no pude ir con Perla y James a la torre. Pero... Sé de alguien que puede guiarnos.

Pokemon Re-Start II: SuplicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora