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Jongdae entró en la sala de profesores, captando la atención de todos y en especial de su amigo, Baekhyun, quien lo esperaba como todos los días con un café americano.

Kim Jongdae, el excelente profesor de Literatura, Filosofía y Matemáticas, no por nada es llamado uno de los profesores más inteligentes de todo el instituto, admirado por los novatos y respetado por los antiguos.

Ojos oscuros como la noche, y cabello del mismo color descendiendo sin cuidado por su frente, una piel casi perfecta y una sonrisa cálida que podía ablandar el corazón de cualquiera. Sus tipicas ropas de sus tipicos colores que varían entre negro, beige y bordó, toda un aura de profesor en su máximo esplendor. Jongdae era bonito, por supuesto que lo era, sus rasgos son tan delicados, sus manos son suaves y su voz.

Su voz, Baekhyun no sabe aún como describirla.

Le encanta cuando en sus clases de Literatura, el más alto de ambos interpreta a cada personaje, adaptando su voz e incluso su postura. Los alumnos ya conocen a Baekhyun por colarse en las clases de Jongdae, solo para mirarlo y escucharlo.

Todavía recuerda aquella vez que entró y el menor estaba interpretando un personaje de Shakespeare*, con todo el entusiasmo, caminando por el aula, interactuando con los alumnos acorde a las acciones que el relato del dramaturgo describía, atrapando a todos, y Baekhyun no sería la excepción.

Aquel día donde se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de Jongdae.

Aunque Jongdae era alguien completamente diferente en sus clases de Matemáticas, Kim Jongdae fue capaz de que a medio instituto le gustaran las matemáticas gracias a sus técnicas para enseñarlas, Baekhyun sufrió toda su secundaria por dicha materia, asi que prefiere no colarse en esas clases de su profesor amigo.

—Estoy tan cansado —el mas alto se dejo caer en la silla con pereza, mientras cubria su rostro con un libro que intrigó a Baekhyun.

—¿Que estas leyendo? —preguntó, tratando de ver el titulo de lo que se encontraba en las manos de Jongdae.

Jongdae bufó y dejo el libro en la mesa, para que Baekhyun lo vea. El rubio analizó el libro con cuidado, abriendolo para leer las primeras lineas. Su libro favorito.

Baekhyun sonrió animadamente, Jongdae lo miraba alzando una ceja; —"Amor en tiempos de cólera" *—Jongdae asintió, restandole importancia —Mi libro favorito
—Baekhyun sonrió recordando todas las veces que ha leído tal libro, Jongdae lo miro y sonrió, olvidando su malhumor.

Tomo el libro y lo alzó, con orgullo.

—Por eso lo compre —dijo con una sonrisa picara que hizo a Baekhyun sonrojarse.

—Ajá, y yo te creo —rodó sus ojos, bebiendo un sorbo de su café.

Jongdae sonrió aún más; —Te sonrojaste —dijo, alzando sus hombros.

Baekhyun se tiño de rojo nuevamente, cubriendose el rostro con el libro.

Jongdae le quito el libro y aclaró su garganta —"Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo"

Baekhyun miro a su compañero, con un brillo en sus ojos que podía verse desde kilometros y kilometros. Todo lo que le gustaba, Jongdae y ese bendito libro.

—"Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor" —citó, bajando su mirada con vergüenza, Jongdae le sonrió con toda su dentadura perfecta.

Y miro a Baekhyun como lo hacia cuando este no se daba cuenta, cuando el rubio estaba tan concentrado en preparar sus examenes que no se percataba de la compañera mirada de Jongdae sobre él y cada uno de sus detalles. Pero nadie decía nada, porque según Jongdae, el amor era mejor callarlo, para que no se arruine.

Pero lo que Jongdae no sabia es que el amor no solo son palabras, son gestos, sonrisas, miradas, eso que se te escapa cuando menos te das cuenta.

—Cada día me sorprendes más, Baekhyunie —le sonrió, dejando el libro a un lado y bebiendo su americano, con paciencia.

—Lo sé, supongo que no me prestas atención —y Baekhyun nunca había estado tan equivocado.

Jongdae lo observo beber su café y limpiar sus labios, miro el delicado movimiento de sus manos que parecía casi un poema.

—Atención —repitió, mirando los examenes y libros que descansaban en el escritorio —Curiosa palabra —Baekhyun entrecerro sus ojos, mirando a Jongdae con intriga.

—No estamos en filo, Dae —comentó con una pequeña sonrisa, Jongdae le devolvió el gesto, quedandose ambos en los ojos del otro, por segundos que parecian eternidades.

Jongdae no quitaba su mirada de Baekhyun, el rubio se daba cuenta de eso y su corazón también, cuando sus latidos se aceleraban y la respiración comenzaba a fallarle, Jongdae le dejo de mirar.

—Baekhyunie, siempre tienes mi atención —dijo, en un susurro que llego fuerte y claro a cada sentido que Baekhyun tiene, alertandolos —"Toda la vida" * —volvió a citar mientras se levantaba para irse a su hogar, Baekhyun alzó su mirada como un rayo. Alcanzando a visualizar la espalda de Jongdae.

Un reflejo, un sentimiento, algo que le punzó hasta los huesos y le hizo saber que no podía dejar que Jongdae se vaya, no hoy, que lo había sentido tan cerca y ahora tan lejos. Los movimientos fueron torpes pero lo suficientemente rápidos para tomar sus cosas e irse tras aquel, que Baekhyun confirmó, era el amor de su vida.

La tarde era lluviosa, casi de pelicula.

Los pasillos fueron testigos de los pasos acelerados de Baekhyun, esos que daba sintiendo como su alma se le iba del cuerpo para unirse con la de Jongdae.

Jongdae caminaba más lento de lo normal, como si estuviese esperando algo que no sabía si iba a pasar, pero la espera siempre es dulce. Sus piernas le jugaban en contra y su mente le ponia miles de advertencias, recuerdos y sonrisas, (sonrisa, la de Baekhyun) en repetición, una y otra vez. La sombrilla en su mano se abrió y un suspiro se escapo de sus labios cuando se encontró fuera.

—El amor es mejor callarlo —murmuró y camino.

Pero hoy no, hoy no es mejor callarlo y ese Baekhyun que corrió agitado con mil cosas en las manos lo sabía.

—¡Jongdae! —gritó, la lluvia ya lo había empapado, cabellos rubios pegados en su frente y gotas descendiendo por todo su rostro y cuerpo.

Jongdae se paro en seco y volteó, con una sonrisa asomando su rostro. Miro a Baekhyun, parado en la nada misma, siendolo todo para Jongdae.

Ambos caminaron, hasta casi chocar.

Y las miradas tenian fuego, advertencias, y miles de cosas que ellos decidieron ignorar.

Baekhyun pego sus frentes, sintiendo la calidez de Jongdae, y las enormes ganas de abrazarlo invadirle todas las células.

—Te amo, te amo para toda la vida —eran murmuros que eran perfectos, y que fueron lo suficiente para que sus labios se estamparan por primera vez de muchas, muchisimas otras más.

* Shakespeare: Dramaturgo.
* "Amor en tiempos de cólera: novela de Gabriel García Márquez.
* "Toda la vida": última frase de dicha novela.

gracias por leer, por votar y por comentar ♥️☺.

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