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Advertencia: seres mágicos.

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Baekhyun no pensaba salir de su casa esa tarde de domingo, pensaba tirarse junto a unos pochoclos y su película favorita, pero al parecer su perro tenia unos planes totalmente diferentes.

El canino ladraba a quien sabe qué, en su gran ventanal que apuntaba a la entrada de un maravilloso bosque, Baekhyun harto de sus ladridos que interrumpian su paz, decidió pararse a contemplar eso que su perro tanto temía.

-¿Qué sucede Han? -preguntó, inclinandose a su lado y acariciando su pelaje, el cachorro seguía ladrando y posando sus patas sobre el vidrio.

Baekhyun pensó que tal vez queria salir a hacer sus necesidades, así que tomo todo lo que necesitaba para recoger lo que su perro tenga antojo de hacer junto con una de sus correas.
Ambos salieron y Han dirigió a Baekhyun directamente al bosque, para ser un cachorro mediano tenia bastante fuerza.

-¡Eh, despacio muchacho! -cuando Baekhyun quiso darse cuenta, estaba adentrandose al bosque. Se distrajo observando la cantidad inmensa de flores que había, y un pequeño lago a su derecha.
Han tiró con fuerza un par de veces, hasta que el agarre de Baekhyun se safó y pudo echarse a correr -¡Han! -gritó y corrió tras él, pero ya lo había perdido totalmente. El castaño soltó algunas maldiciones disfrazadas de susurros mientras buscaba a su perro.

La tarde se iba deshaciendo y el sol se ocultaba tras las montañas, Baekhyun estaba totalmente frustrado, repitiendo el nombre de su perro una y otra vez, pero nada, no había rastros de Han.

Siguió caminando, con la poca luz del día, hasta que unos crujidos de hojas, que él no había provocado, lo pusieron bajo alerta.

-¿Han? ¿Hannie? -preguntó, su voz salió extrañanamente temblorosa, casi inaudible.

Los crujidos cada vez eran mas cercanos y Baekhyun estaba cada vez mas convencido de que no era su perro.

-Estás haciendo mucho ruido -una voz tras él lo sobre salto, haciendolo voltear de un respingo.

Un joven de cabellos rizados y rubios lo miraba extrañado, con una sonrisa amable. Los cabellos caían por su frente sin cuidado, y sus ojos eran de un celeste muchisimo más claro que todos los cielos que Baekhyun ha visto antes. Estaba vestido de blanco, el castaño juraba que todas las prendas eran másgrandes que él.

-Lo siento -Baekhyun tragó en seco, retrocediendo algunos pasos, el rubio lo tomó del brazo anticipando su caída al lago.

Baekhyun lo miro por unos segundos, lucía suave, olía a miel, a miel recién cosechada y champú de bebé.

Y para el rubio, Baekhyun olía a fresas y pochoclos.

-Baekhyun, ¿por qué haces tanto ruido? Las hadas debemos trabajar en silencio -los ojos de Baekhyun se abrieron como platos, ¿como sabía su nombre? ¿hadas? ¿un hada?

-¿C-como sabes mi nombre? -su labio inferior temblaba y todo su cuerpo también, de no ser por el agarre del rubio, seguramente ya se hubiese desvanecido.

El joven rizado frente a él sonrió mostrando su perfecta dentadura y como sus ojos tomaban forma de medialuna cuando lo hacía.

-Oh, um las hadas somos inteligentes -se encogió de hombros, restandole importancia y volviendo a sonreír. Baekhyun sentía miedo, miedo de que Han lo haya llevado a un universo alterno, o que haya puesto su mundo patas para arriba. Pero a la vez, sentía que la presencia del rizado era la mismisima paz frente a él -¿Por qué tienes miedo? -preguntó, y el castaño se detuvo a analizar esa voz tan amable y dulce, que hacía a su cuerpo bajar la guardia.

-Yo...yo -tartamudeo -No sé dónde estoy-el rizado soltó una risita.

-Baekhyun, estás en el bosque de la ventana de tu casa. Me llamo Jongdae -El rizado, Jongdae, se presentó haciendo que sus ojos cambiaran a un color verde, el verde mas precioso que el castaño ha visto.

-¿Eres...? -su mano, antes de que pudiera detenerla, fue hacía el rostro de Jongdae, tocando su suave y delicada piel. Jongdae se relajó ante ese tacto, cerrando sus ojos -De verdad lo eres -sonrió, más tranquilo y con ciertas incertidumbres teniendo respuestas en su mente.

Baekhyun había soñado muchisimo con un joven rubio los últimos días, uno que le decía que todo estaría bien y le cantaba una melodía desconocida para el castaño, pero que lo relajaba hasta hacerlo olvidar de cualquier pesadilla.

Jongdae era quien sonreía ahora, y se perdía entre los arboles, Baekhyun no iba a dejarlo ir.

-¿Jongdae? -lo llamó, antes de que desaparezca por completo entre tanto verde, incomparable al de sus ojos. El mencionado volteó, con la misma expresión amable y cálida que en todos sus sueños veía -¿Te volveré a ver? -aquella pregunta se escapo de los labios de Baekhyun, sin poder ser detenida.

-Si crees en la magía, siempre me encontrarás, Baekkie -y con esas últimas palabras, y una sonrisa completamente sincera, Jongdae desapareció entre las flores. Al mismo tiempo que Han, aparecía entre las piernas de Baekhyun.

baekchen  🍓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora