𝐃𝐨𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 | Chris Evans [En Edición]

10 ➳ Chris

-Acaso tienes miedo? -Chris me miró mal al percatarse de la pizca de burla en mi carcajada.

-Si... Es decir, no... Sólo son tus padres, puedo con esto, sólo estoy apenas nervioso -levanté una ceja, dándole a entender que, claramente, no le creía en nada- bueno, está bien, sí tengo miedo.

Rodeé su cuello con mis brazos, Chris se pasó las manos por el rostro como si con esa acción pudiera quitarse los nervios.

-¿Por qué estás tan nervioso? Si ellos ya te conocen, Chris. Y les agradas.

-¿Bromeas? La última y única vez que los vi, pareció que los echaba de la casa, y no solo eso sino que también derramé todo el champagne encima del vestido de tu madre.

-Estabas nervioso, Chris, y ellos lo saben.

-No lo sé, sólo espero no cagarla esta vez también.

-No lo harás. ¿Me ayudas a preparar la mesa? -suspiró y dejó un corto beso en mis labios.

-Claro, cariño.

...

Luego de preparar algunos detalles, me dirigí al sillón, donde Chris se encontraba totalmente recostado observando el techo. Me quedé mirándolo unos segundos, tratando de descifrar qué estaría pensando. Acto seguido, me senté en el borde del sillón. Se percató de mi presencia y me dedicó una tierna sonrisa, para luego tomar mi mano y continuar observando el techo.

-¿Qué piensas?

-En tí.

-Vamos Evans, hablo en serio, me parece algo preocupante que te encuentres con cara neutral observando el techo -Chris rió levemente ante mí comentario.

-Pero yo también hablo en serio, estoy pensando en ti.

-¿Por qué en mí?

-Porque me haces muy feliz. ¿Sabes?, contigo no tengo que ser de una manera específica como cuando interpreto un personaje, contigo puedo ser simplemente yo mismo. Estar contigo es la mejor decisión que pude haber tomado. Incluso mi familia te adora. Tal vez no seas perfecta pero sí eres perfecta para mí y con eso me basta. Da igual con cuántas estuve antes, si amaste a otros, tú eres la indicada para mí.
Me da igual no haber sido el primero, pero sí espero ser el último.

Me quedé inmóvil observándolo, pero con una sonrisa en la cara. Chris solía ser bastante romántico a veces, pero le costaba, y no era de decir este tipo de cosas. De la manera que pudo, me tomó de la cintura y me posó sobre él, boca abajo. Quedamos cara a cara.

-Tú también me haces muy feliz, Chris. Te amo tanto.

-Yo más, preciosa.

Chris comenzó a acariciar mi cabello, para luego tomarme del cuello y dirigir mis labios a los suyos. Los besos, que al principio eran suaves y cortos, se iban intensificando. Nuestros labios se dejaban llevar por el deseo, Chris empezaba a bajar su mano por mi espalda hasta que tocaron el timbre.