14 ➳ Steve

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Estaba totalmente atrapada: me rodeaban

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Estaba totalmente atrapada: me rodeaban. En lo que va del día hasta ahora sólo uno de estos tipos malos se había enfrentado exclusivamente a mí; y a decir verdad, para ser una simple mundana, me defendí bastante bien tan solo con lo que sé de Karate y pude noquear al hombre para hacer tiempo y escapar. La ciudad de Nueva York estaba repleta de hombres vestidos de negro y armados hasta los tobillos.

Por un momento me ocupé de visualizar mejor a cada uno de los hombres que ahora me rodeaban: era mi fin.

-¡Disparen! -uno de ellos disparó y yo cerré los ojos esperando la bala.

Bala que nunca llegó.

Ahora se encontraba frente a mí y de espaldas un hombre rubio, impidiendo que la bala llegara a mí con un escudo. Mi semblante de confusión cambió a uno de total sorpresa ni bien me dí cuenta de quién era: Capitán América. Observé petrificada en mi lugar cómo la persona que más amaba en este universo golpeaba a todos y cada uno de los enemigos.

A los pocos segundos acabó con su labor y se dirigió hacia mí con la intención de saber cómo estaba.

-¿Te encuentras bien? -lo escuché, y lo escuché bien, pero no respondí, seguía observándolo con admiración- hey... ¿tienes algo? ¿necesitas que te traiga algo?

-¡OH POR DIOS! ¡TENGO AL MISMÍSIMO CAPITÁN AMÉRICA FRENTE A MÍ, NO LO PUEDO CREER!

Me miró extrañado y se sonrojó automáticamente.

-¿Q-qué?

-¡ES QUE ESTÁS FRENTE A MÍ, DE VERDAD NO ME LO CREO! Desde pequeña se todo sobre tí... es decir, no, perdona -solté una risita nerviosa- estoy sonando como una loca acosadora. Pero no puedo creer que mi ídolo, la persona que más admiro en este mundo, EL AMOR DE MI VIDA, esté frente a mí. ¡ES QUE NUNCA PENSÉ QUE ESTO OCURRIRÍA! -luego de terminar con mi pequeño discurso de fan acosadora y loca, si sus mejillas ya de por sí estaban rojas, ahora se habían convertido en auténticos tomates.

-Y-yo... gracias. Es un p-placer conocerte. Soy Steve Rogers, bueno, aunque supongo que ya lo sabes -dijo aún con los tomates en su rostro y una sonrisa que casi me provoca veinte infartos.

-Soy _______ ________.

Tomó mi mano y dejó un corto beso en ella, al instante sentí mis mejillas arder. Creo que este hombre cree que soy el enemigo, porque claramente quiere matarme.

-¿Quieres matarme, verdad? -me miró extrañado.

-¿Por qué lo dices?

-Creo que Peggy tenía razón, no entiendes mucho de las mujeres, ¿verdad?

-¿C-cómo sabes sobre Peggy?

-Steve, hay un museo dedicado exclusivamente a tí. Peggy lo contó en un vídeo.

-¿Hay un museo de mi?

-Claro. ¿Q-quieres que te diga dónde queda?

-Preferiría que en vez de decirme dónde queda, me llevaras.

-¿A qué te refieres?

-Que podríamos ir. Es decir, p-podríamos ir, los dos, j-juntos.

-La ciudad está repleta de enemigos.

-Lo sé. Pero podríamos ir cuando todo esto termine. Digo, si quieres.

-¿ACASO STEVE ROGERS ESTÁ PROPONIÉNDOME SALIR CON ÉL? ¡¡¡AY NO PUEDE SER, NO PUEDE ESTAR PASÁNDOME A MÍ!!! -dije entre grititos saltando como una niña de 5 años.

Sus mejillas se volvieron rojas nuevamente -al parecer este hombre vive sonrojado- , pero está vez soltó una carcajada ante mi comentario.

-Sí. Es justo lo que estoy haciendo. ¿Qué opinas? ¿Quieres acompañar al Capitán América a su propio museo? -reí ante la propuesta.

-No.

-¿Dije algo mal? e-es decir, si dije algo mal lo siento, es decir perdón si fui atrevido al pedirte salir, no quise sonar a eso, y mucho menos quise dar a entender que quería salir para... ya sabes, eso de lo que hablan todos los jóvenes hoy en día, es decir, quiero salir contigo porque eres una chica hermosa... es decir, no, eres una mujer hermosa, no una chica, es decir sí eres una chica no estoy diciendo que estás vieja o algo así, en ese caso yo estoy viejo, yo l-lo siento mucho ______.

Traté de aguantar la risa pero me fue imposible y me eché a reír a carcajadas, ganándome una mirada confusa de su parte.

-Quise decir que no quiero salir con el superhéroe Capitán América, quiero salir con Steve Rogers, el chico de Brooklyn -suspiró para luego sonreír con ternura- y tú también eres un muchacho hermoso, creo que ya lo había dado a entender -reímos los dos.

-Gracias.

-¿Por qué gracias?

-Por tanta admiración, y por lo último que dijiste. Lo de salir con Steve y no con el Capitán. Todos y todas me buscan ahora que soy así, pero cuando era ese simple chico débil de Brooklyn, era invisible ante todos.

-A mí me habrías gustado. Es decir, de lo que te conozco gracias a mi fanatismo, me pareces una persona hermosa por dentro y por fuera, ya seas ese chico "débil" o el Capitán América.

Algo se iluminó en su mirada, y ahí supe que este sería, tal vez, el comienzo de algo hermoso.

𝐃𝐨𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 | Chris Evans [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora