Daga en el corazón

Capítulo 4: Amor de madre

Especial 

Narración normal

Por fin llego el día de la fiesta, todo trascurría con aparente normalidad, todo hasta que...

Dos vampiro comenzaron a actuar de manera un poco extraña a la vista de los humanos, y más de uno se acerco a ellos; lo cual fue un gran error, aquellos dos vampiros llevaron a 50 humanos a un lugar apartado del salón en donde se estaba desarrollando dicha celebración.

Al notar los demás esto, decidieron seguir como si nada, pues alguna escusa tendría esos dos para ausentarse.

En otro lado del castillo se encontraba llevándose a cabo una masacre de humanos, ellos no tenían escapatoria, los vampiros acabaron con todos, dejando una escena, tan concentrados estaban que no vieron que luego de uno minutos de aguantar aquella ausencia tan repentina dos hombres y una mujer salieron en su búsqueda.

--Mika... Wolfram- dijo entre lágrimas la mujer al ver lo que sus dos hijos habían hecho.

Ambos voltearon a ver a su madre, quien los miraba con lágrimas en sus ojos.

--Madre- dijeron ambos, pero no podían ocultar lo que habían hecho.

--¿Por qué?- fue lo único que dijeron los otros dos que estaban en una especie de lucha mental.

Pues al tener los cuerpos sin vida de aquellos humanos, sus hermanos manchados de pequeñas gotas de sangre, y ese olor tan característico de aquel liquido rojizo, les era difícil controlarse, por lo que decidieron salir de ese lugar, no quieran terminar causándole más daño a su madre.

Wolfram y Mikaela, miraban a su madre, pero seguían ese trance, sus ojos estaban rojos y sus colmillos estaban bastante grandes.

La mujer comenzó a derramar lágrimas, aquellas lágrimas hicieron que ambos entraran en razón, y se percataran de lo que habían hecho.

Se acercaron cuidadosamente a su madre quien al ver tal acto los tomo en brazo y los abrazo.

Luego de un largo rato salieron de aquel lugar, mandado a otros a limpiar aquel desastre antes de que alguien lo viera, ya después se lo harían saber a Shinou.

En el camino se encontraron con Gwendal y Conrad y los cuatro fueron al cuarto de su madre, la cual los acurruco cual niños, pues para ella siempre serian sus amados y tiernos niños.