Jungkook y Lalisa han sostenido una relación de más de año y medio, todo era maravilloso, siempre habían sido la pareja perfecta hasta que repentinamente el carácter de Jungkook cambio, empezaron a tener discusiones muy a menudo y decidieron separar...
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—¿Lalisa?— cuestiono detrás de mi —Necesito hablar contigo— balbuceo.
—Eso es una pena— conteste —Porque yo no.
—Solo necesito que me escuches por un segundo, yo se que podemos hacer que todo funciones otra vez— insistió.
Cuanto descaro.
Ignorando cualquier idiotez que siguiera saliendo de su boca, camine por el pasillo a pasos largos casi corriendo y escuche como sus pies seguían mis pasos el venía detrás mío pero por nada de este mundo quería escuchar otra excusa salir de su boca, ni mucho menos quería ver su cara ya había aguantado muchas peleas y no quería una más, gire en la cafetería y camine hacia su salida trasera la puerta estaba atrancada, malita suerte nuevamente.
—¡Lalisa!— exclamó.
Sentí un nudo en el estómago y busque la forma de salir sin ser vista aunque era prácticamente imposible, el estaba en la entrada principal, tuve armarme de valor salir, solo pasar de largo como si no estuviese pero apenas di un paso conecte con su mirada, esos ojos, su rostro tan jodidamente perfecto, todo en él era totalmente perfecto jamás podía dejar de ceder ante él, eso era lo que más me molestaba, siempre fui estúpida.
—Por favor no me hagas esto— miré sus ojos nuevamente, se empezaban a cristalizar y su voz empezaba a quebrarse. Tomo entre sus manos las mías y me acerco a su canto. —Déjame empezar de nuevo, todo esto no ha sido fácil para mí.
—Por favor suéltame— susurre.
—Juro que cambiare, de verdad juro que lo haré— mire como una lágrima caía por su mejilla y sentí como otra caía por la mía.
—No puedo continuar con esto, simplemente no puedo— solloce —Y si te lo preguntas la respuesta es si, te amo pero ya no más.
—Si me amaras me darías otra oportunidad.
—Te amo, maldita sea, te amo— espete y tome su rostro entre mis manos —Pero ahora entiendo que siempre debí amarme más yo, quiero ser feliz lejos de ti.
Las lágrimas caían por sin parar y retiro mis manos de su rostro, limpio con el dorso de sus manos sus mejillas y desapareció cruzando una puerta, no intento luchar esta vez, entonces entendí que en definitiva no volvería a buscarme.
