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>Madnessby; Lalisa ManobanApril 2020

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>Madness
by; Lalisa Manoban
April 2020

›La escuela había terminado al fin y después de llegar a casa me senté a la mesa sola, una pequeña taza de color blanco que me permitía disfrutar de un té sabor a menta con fresa era mi compañía, mientras el vapor chocaba contra mi nariz relajándome de cierta manera.

El silencio reinaba en cada rincón de mi hogar, y eso hacia que una sensación de soledad me invadiera de una forma abrumadora.

Dejé salir todo el aire comprimido en mí pecho y tome entre mis manos la taza de cerámica blanca, le di un pequeño vistazo a la sala de estar y me dispuse a subir las escaleras para poder descansar. A mitad de mi camino, el sonido de un timbre resonó en la estancia, fruncí el ceño confusa, mis padres habían dejado la casa hace no más de media hora y era demasiado pronto para volver de su cena programada con los Shin.

—¡Quien quiera que sea, váyase!— exclamé —¡No me interesa lo que ofrecen!.

—¡No soy un vendedor niña!— respondieron entre risas.

Gire sobre mis talones y baje las escaleras con desgano, llegué a la entrada y tome las llaves de la repisa al lado de la puerta, la introduje en la cerradura y abrí.

—¿Qué tal?— sonrió el joven frente a mí.

—¿Por qué te fuiste de la escuela hace rato?— cuestioné —Te desapareces por dos meses y cuando por fin tengo la oportunidad de verte lo haces de nuevo— espete —¿Dónde estabas?.

—Lalisa— suspiró mientras me miraba fijamente. Su respiración estaba sumamente agitada, estaba asustado, tratando de buscar refugio en alguna parte. —Linda, no tengo mucho tiempo de explicar nada— tembló —Solo, dime qué me apoyaras.

—Jungkook— susurré y me acerque más a él —Siempre, escúchalo bien— tome su rostro entre mis manos —Siempre he estado, y estaré para ti, por eso somos una pareja— sonreí.

—¿Segura?— musito y asentí.

La voz del pelinegro se fue apagando y comenzó a temblar.

Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos sin parar y envolvió sus brazos a mi alrededor. Me atrajo con fuerza hacia él, pidiendo a gritos con sus acciones que lo protegiera y le diera consuelo de algo que aún no me había contado.

—Dejé inconsciente a mi madre— confesó.

—¿Qué?— balbucee.

[...]

Cada vello de mi piel se erizaba al recordar aquellas palabras salir de su boca.

Dejé inconsciente a mi madre

𝙽𝚘𝚝𝚑𝚒𝚗𝚐 𝙻𝚒𝚔𝚎 𝚄𝚜! | ᴄᴏʀʀɪɢɪᴇɴᴅᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora