Jungkook y Lalisa han sostenido una relación de más de año y medio, todo era maravilloso, siempre habían sido la pareja perfecta hasta que repentinamente el carácter de Jungkook cambio, empezaron a tener discusiones muy a menudo y decidieron separar...
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>I want to separatethem by; Kim Jennie April 2020
—¿Cómo que la mamá de Jeon está en el hospital?— cuestioné a mi amiga Joohyun.
—Es así, me enteré por Lalisa anoche— respondió —Se le notaba muy afectada.
—Si me lo preguntas a mi, pierde su tiempo— bufé —No es como si fuera su madre la que está ahí dentro.
—Conoces la relación entre la madre de Jungkook y ella, no es para menos que se sienta mal— comentó —Además el es su novio.
—Todo el mundo sabe eso, no sé porque lo mencionas— espete.
—¿Por qué te molesta?— preguntó —Debes de superar tu pequeño complejo, Jennie.
Rodé los ojos y camine hasta la ventana viendo los coches que iban y venían por la avenida principal, tratando de desviar mis pensamientos del comentario de mi amiga que sabía bien como molestarme.
—¿Debería hacerle una visita a Jeon?— cuestioné.
—Que ni se te ocurra— respondió y me gire hacia ella —Sé muy bien tus intenciones, no lo molestes.
—Solo le haremos una pequeña broma— reí sin gracia.
—Corrección, lo harás tú— bramó —No seré tu cómplice está vez.
—Como prefieras— rodé los ojos. Camine hasta el sofá y tome las llaves de mi auto —Te quedas en tu casa— le lance un beso y dejé el apartamento.
Camine hasta el elevador y marqué el primer piso, y mientras esperaba continúe organizando en mi mente la pequeña hazaña que llevaría a cabo una vez en la casa del pelinegro, soltaría una bomba enorme.
Una vez fuera de el edificio camine hasta el estacionamiento donde mi coche siempre está aparcado y me monte en el poniéndome en marcha, y luego de veinte minutos llegaría a la casa de mi objetivo.
—Espero que el tonto este en casa— dispuse y camine a la entrada, una vez enfrente toque el timbre un par de veces.
No tuve que esperar mucho cuando la puerta cedió, parecía que ya tenía planes y yo era un obstáculo en su caminó.
—¿Qué haces aquí?— frunció el ceño.
—No se tú pero lo primero que se dice cuando vez a alguien es, hola, un gusto verte— comenté.
—Hola— espeto —No es un gusto— sonrió.
—Nunca vas a cambiar— reí sin gracia —Pero no vengo a pelear, me enteré que tú madre está en el hospital— comenté.
