Jungkook y Lalisa han sostenido una relación de más de año y medio, todo era maravilloso, siempre habían sido la pareja perfecta hasta que repentinamente el carácter de Jungkook cambio, empezaron a tener discusiones muy a menudo y decidieron separar...
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>It's over by; Lalisa Manoban September 2020
—¡Eres un maldito asesino!— grite golpeando el pecho de el joven delante mío —¡Cómo pudiste hacer eso, cómo!— solloce.
—Lalisa, por favor escúchame— susurraba —No era mi intención hacerle daño.
—¡No mientas!— espete —No me vengas con los mismos cuentos de siempre, ya no puedo creerte nada de lo que me digas— gimotee —Créeme que todo este tiempo intenté, trate de entenderte y siempre fue inútil, tu jamás vas a cambiar.
—¿Qué dices?— cuestionó —Me dejaste hace algunos días, cómo puedes decir que has lidiado tanto conmigo.
—Jungkook, yo me acuerdo de todo— confesé —Y no quería que tú o Jennie lo supieran, porque solo traería más problemas pero esto simplemente es demasiado— suspiré —Mataste a mi mejor amigo, ¿cómo piensas que yo voy a poder perdonarte eso?.
—Lalisa, yo.
—Ahórrate la disculpa quieres, solo vete a casa— ordené —No quiero verte, solo vete— balbucee.
Por primera vez pude ver arrepentimiento en sus ojos, no solo era difícil para él, lo era para ambos, no podía renunciar a mis sentimientos por más que tratase de luchar ni siquiera su última hazaña podía lograr que desde el fondo de mi alma pudiera odiarlo, todo es una verdadera locura.
Mire como Jungkook desaparecía por las puertas de salida de el hospital, mi pecho se sentía cada vez más apretado, en mi garganta había una sensación extraña como si las palabras estuvieran luchando por salir pero eran detenidas, mis ojos ardían y se nublaban por las lágrimas que tanto había retenido, no lloraba por mi mejor amigo, quería llorar por él.
Maldita sea Jeon Jungkook, no puedo dejar de amarte.
(🥀)
Camine a pequeños pasos hasta la sala de descanso, parecía que está era una zona poco transcurrida en el horario nocturno, prácticamente no había nadie en ninguno de los sofás que llenaban la habitación.
Tome una bocanada de aire y camine a una zona oculta, había algo que parecía un balcón solo que sin una puerta para salir, abrí la ventana y me recargue en el pequeño barandal de cristal que evitaba que las personas cayeran al vacío, el ruido de la ciudad resultaba relajante para mis oídos a pesar de que solo eran sonidos de automóviles y ambulancias.
—¿Estás bien?— susurré para la pequeña personita que se formaba en mi vientre —Tienes que estar bien incluso si, mami no lo está— reí sin gracia y acaricié la zona.
Mis ojos se llenaron de lágrimas por millonésima vez en la noche, no tenía que seguir llorando, mis ojos ya comenzaban a arder y eso no me gustaba. Tome una bocanada de aire y lo dejé salir al mismo tiempo aún esperaba noticias de la sala de urgencias, los doctores dijeron que podían extraer el agua de sus pulmones, tal vez no todo estaba perdido para él pero si para mí.
