De pronto entienden cada una de las súplicas que gritan las pupilas, ambos miran sus bocas y aquella necesidad se vuelve algo a lo que se ven obligados a saciar. Un beso, el roce de los labios y el juego de las lenguas, aquel deseo, la forma en la que el aliento se entremezcla y los sabores de la saliva encuentran el punto justo para ser una pócima que embriaga, que transmite cada secreto que el otro esconde. De pronto basta ese beso para sentirse preso, para perder el norte.
Jürgen Rodríguez.
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Versos de Pasión Oscura
RomancePequeños versos, escritos y publicados en el antes mencionado grupo de Facebook: Pasión Oscura. Letras en las que se busca transmitir todo aquel deseo, aquella pasión desmedida que inspiran los recuerdos que laten a diario en la piel y reviven en el...