Desde entonces y ahora...

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Desde aquel entonces ya había algo, podía sentirlo, podía verlo en sus ojos cuando en ocasiones se encontraban con los míos. Aunque la supiera con alguien más, me sentía atraído por el fuego de su rojo cabello, por su voz cada vez que me perdía mirando sus labios; me atrapaba su aroma, la inexplicable sensación que provocaba el estar cerca de su piel. Divagaba, imaginaba cómo sería poder besarla, poder sentir sus mejillas en mis manos, su cuello, su cintura al abrazarla antes de desnudarla y descubrir cada secreto que ocultaba bajo su ropa. Mis neuronas se centraban en transmitir a mi cuerpo cada sensación que quería sentir, aunque ella estuviera a un metro de distancia, yo sentía como si la tuviera junto a mí, encima de mí, con  mis brazos alrededor de ella, nuestras bocas unidas, siempre buscando un poco más... En aquel entonces así era y, actualmente, las cosas no han cambiado en nada con respecto a ese deseo. Han sido años los que nos han cambiado, tantos sucesos por los que pasamos y aún así me sigo extraviando enteramente en cada uno de sus detalles. Hoy su cabello es negro, hoy su cuerpo ha cambiado pero transmite todavía aquel calor, ese dulce y embriagador aroma, hoy siento aquel fervor incrementando en mis venas cada vez que me acerco a ella. En ocasiones ya no deseo desnudarla sino arrancarle la ropa, a veces ya no deseo besarla sino devorar su boca, perder el aliento al bajar mis labios sobre su cuello sobre la piel morena de su pecho que brilla a través de los escotes, la piel tan cálida y tersa de sus muslos que luce en aquellos vestidos que suele acompañar con tacones. Pasión, eso transmite ahora, como lo hacía entonces...

Jürgen Rodríguez.

Versos de Pasión OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora