Llegué a odiarla por cada cosa que hacía, por cada cosa que veía. Odié su mirada a veces tierna, a veces perversa, su sonrisa que jugaba de la misma manera. Odié su largo y ondulado cabello y como lo lucía, odié sus manos, sus mejillas, toda aquella piel que no era mía.
Llegué a odiarla por su voz al hablarme a mí o a quien fuera. Odié su forma de vestir volviendo imán aquellas curvas sutilmente dibujadas debajo de las prendas. Odié sus gustos, incluso aquello que también ella odiaba, todo porque increíblemente ella era aquello que yo siempre buscaba.
Llegué a odiarla por sus vicios; cigarro, marihuana, alcohol y música. Llegué a odiarla porque viví un instante en el que por todo lo que ella representaba, yo llegué a desearla.
En lo único que pensaba era en mirarla más, en comerme sus sonrisa, en sentir y embriagarme en su cabello, quería tener sus manos en mi cuello. Ansiaba escuchar su voz susurrándome al oído, admirarla vestida y tomarme el tiempo necesario para desvestirla para sentir entre mis dedos las siluetas de sus senos, su cintura, sus caderas.
La odiaba porque por todo lo que ella era, yo quería tenerla...
-Jürgen Rodríguez.
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Versos de Pasión Oscura
RomancePequeños versos, escritos y publicados en el antes mencionado grupo de Facebook: Pasión Oscura. Letras en las que se busca transmitir todo aquel deseo, aquella pasión desmedida que inspiran los recuerdos que laten a diario en la piel y reviven en el...