One shots (Teen Wolf)

Scott Mccall

Título: "I'm going to take care of you"

Tus dedos tocaban nerviosamente tu escritorio mientras esperabas a que sonara la campana que finalmente te liberaría de tu última clase. Tu mente y tus pensamientos giraban rápidamente en torno a una cosa: la seguridad de tus amigos.

Tenían un plan, por supuesto. Siempre lo tenían. Pero esta vez era diferente. Tenían que luchar contra una bestia que existía desde hace cientos de años y que sólo había sido derrotada una vez, por un Argent. Un suspiro escapó de tus labios cuando pensaste en tu mejor amiga.

La imaginaste contigo en ese momento. Imaginaste las palabras que ella diría para calmarte. Con los ojos cerrados, exhalaste temblorosamente, recordando que Allison ya no estaba contigo.

No podías perder a otro de tus amigos, simplemente no podías. Sería solo otra cosa que te derrumbaría y eventualmente te romperías. Te mordiste el labio para evitar que las lágrimas se formaran en tus ojos.

Scott, Liam y Stiles estaban sacando del hospital a Lydia, quien antes había sido lastimada por la bestia, por lo que pensaste que habías perdido a otra de tus mejores amigas.

El timbre sonó e inmediatamente te levantaste de tu escritorio, ya apresurándote fuera de la escuela antes incluso de que los demás guardaran todas sus cosas. Corriste por el pasillo y saliste del edificio, donde Scott debería estar esperándote.

Él quería que fueras a la escuela hoy porque quería protegerte. Y lo odiabas. Por supuesto que tenías miedo, pero tenías más miedo de no estar con tus amigos cuando estaban heridos, que de la bestia.

Enseguida lo viste junto a su motocicleta y en el momento en que lo viste, comenzaste a correr hacia él. Corriste directamente a sus brazos, vuestros cuerpos chocando fuertemente ya que corriste tan rápido como pudiste. Con los brazos alrededor de su cuello y tu cabeza apoyada en su hombro, tratase de calmar tu pesada respiración.

Estabas preocupada por él, por tus amigos. Así que lo acercaste más a tu cuerpo, sin querer dejarlo ir. Scott acarició lentamente la parte posterior de tu cabeza y tu espalda con sus manos, también sujetándote lo más cerca posible.

-Estás bien, T/N, estás bien -susurró él.

Scott y tú, erais complicados. No estabais juntos, no realmente. Pero ambos sabíais que compartiais sentimientos mutuos el uno por el otro. Sin embargo, nunca os habíais besado ni nada. Pero lo sabías. Sabías que lo amabas. Estabas demasiado asustada de perderlo.

-¿Lo estoy realmente, Scott? Porque se que todos mis amigos están en peligro esta noche, incluyendo a mi mejor amiga y a ti. Y sé que voy a hacer todo lo que pueda para ayudaros, pero tengo miedo, Scott -admitiste mirándolo.

Acunó tus mejillas con sus manos, mirándote directamente a los ojos.

-Voy a cuidar de ti, ¿de acuerdo? Todo va a estar bien, bebé, lo prometo. No dejaré que te pase nada. O a alguien más -te prometió.

Notaste el apodo que te había dado y te hizo muy feliz.

-Ahora vámonos, ¿sí? Vamos a derrotar a esa bestia ahora -sonrió y tú asentiste.

Te subiste a la parte trasera de su moto y Scott le dio una señal a Stiles para que también comenzara a conducir.

-

Todo pasó muy rápido. Pero de repente, Scott estaba en los colmillos de la versión humana de la bestia. Estaba a punto de matarlo cuando de repente murmuró algo.

-Marie-Jeanne -se susurró a sí mismo, por lo que Scott pudo liberarse.

Pero entonces Sebastian se volvió hacia donde estabais Lydia, Kira y tú. Estaba a punto de acercarse a vosotras y sabías que Lydia era la única que podía salvaros a todos. Así que gritó. Gritó el nombre de Mason tan fuerte que la bestia se desmoronó lentamente y Mason se tambaleó.