Cena para dos.

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Eren estaba nervioso, su madre lo veía con una sonrisa mientras el terminaba de arreglarse.

Carla: Te ves lindo.

Eren: ¿Tú crees? Aún no recuperó mi peso del todo.

Carla: Créeme mi cielo, te ves espectacular.

Eren: No se si fue  buena idea aceptar la cinta.

Carla: ¿Por qué?

Eren: Dejaré solos a los niños.

Carla: No los dejas solos, yo los cuidaré.

Eren: Mejor lo llamo para cancelar.

Carla: Eso sí que no jovencito, termine de arreglarse y váyase que se le hace tarde.

Eren: Mamá.

Carla: Nada de mamá, te debe estar esperando.

Eren asintió, terminó de arreglarse guardando su bálsamo labial, se despidió de los gemelos con un beso y de su madre con una sonrisa.

Estaba nervioso, hacia meses que no salía a ningún lugar, sobre todo a la cafetería.

Sonrío cuando vio el lugar, atravesó la calle tomando un momento para entrar.

El aroma de el café lo hizo sonreir, sus ex compañeros al verlo no dudaron en saludarlo.

- Eren, es bueno verte.

Eren: Si, supongo.

- ¿Por qué te fuiste?

Eren: Problemas personales.

- ¿Regresaras?

Eren: No lo se.

El ruido de la campanita que anunciaba un nuevo cliente sonó, Eren suspiro cuando vio que su cita había llegado.

Carla realizaba tranquila los ejercicios de estimulación  temprana que el doctor de los gemelos había recomendado, sonrió cuando Alizee apretó su dedo índice con fuerza, los pequeños crecían rápido y para su ahora mes de vida todos procuraba que crecieran en un entorno sano y feliz.

Carla: Sólo espero que su papi Eren no lo arruine.

Eren tomaba sorbos pequeños de la malteada que había pedido, su cita no apartaba la vista del el.

Eren: Deja de verme Ackerman.

Levi: No puedo.

Eren: Inténtalo.

Levi: No quiero.

Eren: ¿Entonces que quieres?

Levi: Un beso.

Eren: N-no.

Levi: Entonces no dejaré de mirarte.

Eren: Eres imposible, sólo espero los niños no sean igual.

Levi: Serán tercos.

Eren: ¿Mejor dime a donde me llevarás a cenar?

Levi: Es una sorpresa.

Eren: Me gustan las sorpresas.

Los dos salieron de la  cafetería, y mientras Levi conducía Eren no dejaba de ver las luces que poco a poco alumbraban las calles, se sorprendió al ver que llegaban a uno de los lugares más caros de la ciudad.

Eren miró con duda al azabache, este se había detenido frente a una enorme casa, Levi no perdió tiempo en ayudarle a salir del auto, lo condujo a dentro de la casa hasta el jardín trasero.

Levi: Espero te guste la cena, la preparé para ti.

Eren: Levi, no tenías porque hacerlo.

Levi: Lo hice con gusto.

Eren le sonrió con un enorme sonrojo adornando sus mejillas, Levi en todo momento se comportó de manera caballerosa con el castaño.

𝐔𝐧𝐚 𝐲 𝐦𝐢𝐥 𝐯𝐢𝐝𝐚𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora