Amantes fugaces.

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Eren veía a sus pequeños hijos jugar, sonrió  cuando la pequeña Alizee gateo hasta el demandando su atención, tomando a su pequeña en brazos no dudo en dejar varios besos en sus regordetas mejillas.

Eren: Es hora de dormir pequeños, es tarde.

Tomando a su otro retoño en brazos se dispuso a hacerlos dormir, pasaban de las once y no era bueno que sus retoños pasarán sus horas de sueño.

Cuando sus hijos por fin se durmieron se dirigió a su habitación, el ruido de la puerta lo hizo salir y recibir a Levi.

El azabache había llegado tarde decido a una reunión con la editorial.

Eren: No hagas ruido, los niños duermen.

Levi: Perodn por volver tan tarde.

Eren: ¿Cenaste algo?

Levi: Si, vamos a dormir.

Eren asintió, al estar en su habitación los dos se colocaron sus respectivas pijamas para después entrar a la cama.

No pasó mucho para que Levi se quedará dormido, Eren suspiro, parecía que esa noche le costaría dormir de nuevo.




"Sabían que aquello estaba mal, pero todo quedaba en el olvido cuando estaban juntos.

Para aquel joven de largos y castaños cabellos, escapar de su hogar cada noche para estar junto al amor de su vida era sensacional, y para el azabache era un motivo para seguir con vida.

Perderse en la hermosura de aquellos ojos tan hermosos como las esmeraldas, y en las palabras llenas de cariño sin duda era sentir que podia alcanzar el cielo.

- ¿Prometes que siempre me vas a amar?
- Siempre, no importa el momento, el tiempo o como te veas, siempre te amaré.

Tras esa promesa la joven pareja se despidió, era lo mismo todas las noches, se veían a escondidas de los padres de aquel chico, se tomaban las manos y paseaban por aquel bello parque.

Cuando el momento de regresar llegaba los dos se despedían de la misma manera.

Lamentablemente para ellos algo cambió.

- Irás a Alemania con tu tía, ahí estudiaras por un tiempo hasta que tú y tu prometida tengan edad suficiente para casarse, ¿verdad que es maravilloso hijo?

El castaño estaba sorprendido, ¿qué pasaría con el amor de su vida si el se iba?, ¿qué pasaría con todo lo que sentía?

Agobiado esa noche se aferró al azabache, quien al escuchar lo que pasaría se derrumbó.

Fue por eso que la joven pareja tomo una decisión.

- ¿Prometes que siempre me vas a amar?
- Siempre, no importa el momento, el tiempo o como te veas, siempre te amaré.

- Rivallie tengo miedo.
- No temas amor, estaré contigo, siempre estaré contigo mi amado Eren.

El chico sonrió,  bebiendo de golpe el contenido de aquella botella se aferró a la mano del azabache,  lo vio beber la misma sustancia dejando caer el frasco.

Con las pocas fuerzas y conciencia que les quedaba,  el azabache tomo el rostro del chico besandolo y viendo por última vez al amor de su vida".

Despertó agitado, lágrimas bajaban por sus ojos, ¿eso había sido real?, era a caso un mal sueño como tantos otros.

No lo sabía, pero sabía que el dolor y desesperación eran reales.

𝐔𝐧𝐚 𝐲 𝐦𝐢𝐥 𝐯𝐢𝐝𝐚𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora