Capítulo 12 Atrapados. (Primera parte)

76 24 0
                                    

Después de deshacernos de los militares, el resto de supervivientes, asustados y aterrorizados intentaron salir del hospital pero después de unos días seguidos sin moverse del mismo lugar, nadie sabía cómo salir de ahí. Quizá algunos lograron escapar pero después de escuchar gritos durante unas horas, no creímos que nadie saliera con vida de ahí. Bastantes ventanas y puertas estaban rotas y por ello, todos los días que se quedaban en el hospital, los soldados vaciaban el hospital de zombies o los encerraban en habitaciones sin matarlos ya que apenas les quedaban munición y esa era una de las razones por las que quisieron quedarse con mis armas y balas.

Pensamos en que mamá y la madre de Ray, dejarían salir a los militares ya que ellos eran una de las pocas posibilidades que teníamos para salir de ahí. Mamá cargó el arma y abrió la puerta. Cuando la abrió, vimos que los militares no estaban. Las ventanas estaban rotas y en uno de los cristales rotos había sangre. Lo más probable era que los soldados huyeran y en el intento de salir por la ventana, uno de los dos se cortara.

Decidimos dividirnos en dos grupos. Como Jonathan y yo éramos los únicos con reloj, Jonny y yo no podíamos permanecer en el mismo grupo ya que planeamos reencontrarnos en dónde nos encontrábamos dos horas después de empezar a buscar la salida. Mamá Max y yo, fuimos por el pasillo que se encontraba a nuestra derecha y Jonny, Ray y su madre, por el pasillo de la izquierda. El hospital no daba tanto miedo como parecía. Al menos teníamos luces aunque parpadeaban haciendo ruido y algunas se fundían.

Mamá temblaba de miedo pero era más fuerte y valiente que cualquier otra madre. Siempre que Max o yo merecíamos un castigo o una regañina como cuando me revelé ante los militares ella intentaba calmarse y en vez de darnos una torta o aclararnos muchas cosas gritando como hacen muchas madres, ella siempre decía que no merecía la pena echarnos la bronca o castigarnos ya que nosotros aprenderíamos solos de nuestros errores. A veces después de decirnos algo como eso, se marchaba llorando a cualquier otro lugar donde nadie pudiera verla, y eso me hacía reflexionar. No había ninguna madre más fuerte y dura que la nuestra.

Max iba detrás mío dándome la mano mientras que temblaba al igual que mamá. Poco a poco, fuimos abriendo todas las habitaciones que habían. No había nada útil, tan solo se encontraban camillas rotas y manchadas de sangre y en una de las habitaciones se encontraba uno de los supervivientes ahorcado. Le clave el cuchillo en la cabeza atravesándole la frente ya que era un zombie.

Cuando me di cuenta de que Max ya no estaba detrás de mí, vi que entró a una de las habitaciones. Abrió la puerta y sin descuidarse y mirar lo que había dentro, descuidadamente entró. En aquella habitación el suelo estaba derrumbado y lleno de cristales, ladrillos y sangre. Máx cayó directo al piso de abajo. Cayó encima de todo el montón de cristales, ladrillos, una camilla rota, sangre y otras cosas que cayeron junto a lo demás. El al caer de pié, no se hizo nada grave pero no conseguía ponerse en pié.

Habían dos metros y medio de altura de un piso al otro. No lográbamos subir a Max y quedaba media hora para reencontrarnos con los demás. Le di el reloj a mamá para que se diese prisa buscando la salida pero no siquiera encontramos las escaleras para poder bajar y salir del hospital. Mientras que Max aguardaba silencio para que ningún caminante le encontrase, llevé las camillas rotas y llenas de sangre que encontramos en las otras habitaciones y las tiré por el agujero del derrumbamiento. Acumulando las camillas haciendo una pequeña montaña de ellas, salté encima de las camillas y bajé. Las amontonamos junto a los ladrillos y otras cosas que habían en el montón y nos escondimos detrás de las camillas.

Como vimos que los demás tardaban mucho en venir, decidí buscar las escaleras y subir al piso de arriba para buscar a mamá. Subí a Max a mis hombros y fuimos a buscarla. En vez de las escaleras, encontramos los ascensores los cuales obviamente no funcionaban. Encima de los ascensores había un dos asique nos encontrabamos en el segundo piso y entoces habían tres.

Resultaba patético que los militares nos llevasen a Jonny y a mí al último piso y que no supiéramos ni siquiera cuántos pisos habían. Tan solo nos dejamos llevar por las ilusiones que nos hicimos al saber que al fin nos encontraríamos con los demás.

Como normalmente las escaleras suelen estar cerca de los ascensores, recorrí con Max en mis hombros el mismo pasillo varias veces entrando a cada una de las habitaciones. Solo dimos con un par de caminantes los cuales eran algunos de los supervivientes que intentaban salir del hospital. Después de acabar con ellos, escuchamos pasos y voces. Se dirigían hacia nosotros. Bajé a Max de mis hombros y nos escondimos a un lado de la entrada del pasillo. Max lograba mantenerse en pie pero no conseguía moverse. Quienes estuvieran acercándose, nos escucharon y se alarmaron. Permanecieron quietos y en silencio prestando atención a todo lo que rondaba a su alrededor. Lentamente se dirigían hacia nosotros y cuando uno de ellos estaba entrando al pasillo, me abalancé a el y le agarré colocándole el cuchillo en su cuello.

Resultaba ser Jonny junto a Ray y su madre. Jonathan, como no sabía que yo era el que estaba detrás de él con el cuchillo en su cuello, me dió un codazo en el ojo y retrocedí. Cuando Jonathan vió a Max agarrándose a la madre de Ray, se dió media vuelta y me vió en el suelo con el ojo morado sin poder abrirlo. Los dos nos sentíamos mal por lo que hicimos pero yo me sentía peor por el golpe que me dió en el ojo. Le subí a Max en mis hombros y al cabo de un rato después de aclarar lo ocurrido después de separarnos, decidimos subir a buscar a mamá.

Nos llevaron a las escaleras y subimos a buscar a mamá. Lo que no lograba comprender, fue el porqué no se reencontraron donde nos separamos a la hora en la que quedamos. La madre de Ray, el y Jonny, fueron al lugar en el que quedamos a la hora que acordamos pero mamá, no se encontraba ahí y por eso, nos buscaron en el segundo piso.

Extinción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora