Extinción.

Capítulo 35 Cath y Claire. (Tercera parte)

Eran diez adolescentes los del grupo de Cath y Claire. Empezaron a notar cambios en los caminantes como lo del ácido y la descomposición. Tardaron tan solo dos días en gastar sus provisiones e iban desarmadas y olamente llevaban unos cuchillos.

Llenaron los alrededores de trampas y se camuflaron en los árboles pese a que los zombies les olían desde lejos. Uno de ellos bajó a echar un vistazo a las trampas y afortunadamente, cazaron conejos y liebres.

En una de las trampas había un caminante y el chico fue a deshacerse de él para reactivar la trampa. Fue por él que se dieron cuenta de cómo eran en ese entonces los caminantes, ya que el ácido del zombie mató al inocente chico.

Mataron al caminante evitando el mínimo contacto y lo inspeccionaron cuidadosamente. Le abrieron las tripas y llenaron una cantimplora con el ácido. Enterraron al chico y se comieron lo que habían cazado. A los cinco días, encontraron un coche revolcado en medio de una carretera con un hombre muy herido en el volante.

Levantaron el coche poniéndolo bien y abrieron el maletero. Encontraron un botiquín y cogieron todas las armas que habían. Una escopeta, tres pistolas y un montón de munición. Atendieron al hombre y le salvaron la vida. Al despertarse, se vio muy asustado y aunque lo desarmaron, sacó de sus calzoncillos una pistola eléctrica y tomó como rehén a una de ellos.

Un par de voltios más en el cuello y esa chica acabaría abrasada. Todos dejaron las armas en el suelo y retrocedieron tres pasos. El hombre ordenó que le dieran sus provisiones y le dieron al único conejo que guardaron y la cantimplora. Suplicaron que le dejaran con la poca agua que les quedaba y el hombre cogió una de las pistolas y comenzó a caminar apuntando a la chica en la cabeza. La soltó y comenzó a correr.

Los adolescentes cogieron el resto de las armas y siguieron la carretera. Dos horas más tarde al anochecer, encontraron al hombre muerto con la garganta y las tripas deshechas caminando con una mochila. Lo remataron y cogieron todo lo que era de ellos y lo que no, también.

Se dirigieron hacia el oeste hacia unas montañas y encontraron una enorme cascada. Detrás de la cascada, había una pequeña cueva oculta. Aseguraron la cueva y Acamparon ahí durante meses. Durante esos meses, tres adolescentes se marcharon ya que Claire se volvió demasiado mandona y obsesiva y no volvieron a saber de ellos.

Quedaban seis: Cath, Claire, dos lesbianas, una era débil y mantenida que sobrevivía gracias al resto y la otra muy inteligente y apta para sobrevivir sola ahí fuera y dos chicos. Un chico era muy tímido y reservado aunque no necesitaba al resto y siempre les ayudaba en todo. El otro chico, era un cretino que intentó abusar de Claire. Estaba totalmente enamorado de ella y una noche, todos se emborracharon jugando al yo nunca.

Hacían turnos para salir a cazar o a por provisiones y dieron con un montón de alcohol en una furgoneta de dos hombres con aspecto de ser unos cabrones. Los mataron al comienzo de una situación tensa sin pensarlo dos veces, y se llevaron todo el alcohol y munición.

La siguiente noche decidieron pasarlo bien y dejarlo todo atrás en memoria de las personas queridas que perdieron. Cuando todos terminaron dormidos, el chico intentó abusar de Claire. Ella se encontraba en muy mal estado por la borrachera y le apuntó con su revólver. Todo le daba vueltas y quitó el seguro de la pistola y puso el dedo en el gatillo.

El chico retrocedía mientas Claire se le acercaba apuntándole y disparó al suelo para asustarlo. El chico tropezó y se calló de la cueva al río. La presión del agua de la cascada le debió hundir y la corriente se lo llevó. Tampoco volvieron a saber nada de él.

Todos se despertaron y comenzaron a gritar entre todos. Cuando ya se habían callado, un montón de caminantes se dirigieron a la cueva y comenzaron a trepar con rapidez. Faltaba poco para que amaneciera pero no podían esperar.