Capítulo 27 La cura.

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Antes de continuar contándome todo, un par de hombres entraron en la habitación en la que me encontraba. Un médico me echó un vistazo, y el hombre que mandaba en el bunker junto a mamá, me encajó en la pierna amputada, una pierna falsa la cual podría manejar como si fuera de verdad aunque con varias dificultades. También me cubrieron los ojos con una venda húmeda y me hicieron tomar unos medicamentos.

Todos salieron de la habitación, y Dylan, Ray y Matt entraron sorprendiéndome como Max y mamá lo hicieron. Lo único que importaba en ese entonces, era que estábamos juntos de nuevo y que ellos estaban con vida. Notaba la intensidad a mí alrededor. Habían pasado por bastante al igual que yo pero todavía no quería saber nada sobre lo que ocurrió mientras no estaba con ellos. Estuvimos una hora juntos mientras les contaba por lo que pasé yo y porqué me faltaba una pierna y se impresionaron todo el tiempo.

El reencuentro con ellos, fue conmovedor pero, nada era como antes. Ray y Matt, apenas eran compatibles ni tan siquiera amistosamente. Se sacaban en cara cosas del pasado una vez tras otra mientras que Dylan, actuaba como un completo desconocido para mí. Apenas expresaba esperanza y confianza. Era un hombre distinto y teniendo en cuenta que perdió la cabeza varias veces, debía tener cuidado con él y no confiar apenas en él pero no fue el único que perdió la cabeza.

Jeff murió como un psicópata al perder también la cabeza. Empezó investigando acerca de todo. Primero dió con que el ácido de los zombies, era el mismo ácido que todos tenemos en el estómago para disolver la comida y así que el cuerpo pueda desarrollar o hacer lo que sea que hiciera terminando echándolo todo por por donde todos sabemos que acaba saliendo lo que nos comemos.

Después de apiadárse del gruñón, le abrieron las tripas y distinguieron su ácido humano con el de un caminante y la diferencia estaba en que el virus, la sangre, la carne humana y el ácido, se estaba desarrollando en el estómago y terminó esparciéndose por el el cuerpo del zombie. Sí para el ácido no era suficiente salir por los orificios o agujeros que tenemos en el cuerpo, salía por las heridas o quemaba el cuerpo del caminante hasta atravesar el cuerpo.

Jeff tenía una aventura con Amanda y otra con mamá y ninguna de las dos sabía nada, hasta que Max cómo siempre, terminó por descubrirlo todo. Sacó a la luz lo que ocurría entre ellos y mamá y Amanda, tras ponerse celosas y enfadadas, terminaron por dejar de hablarse durante un par de días. Ambas compartían el mismo sentimiento hacia Jeff aunque ese sentimiento, se convirtió en odio y desgarro.

Durante esos días incómodos y desgarradores para ellas, me buscaron hasta estar a punto de darse por vencidas. Antes de reunirse en el edificio con más provisiones, Jeff le estaba golpeando a Dylan porque él, se le encaró. Ray, se encontraba tratando con Max ya que recibió un golpe en la cabeza al ser empujado por Jeff y darse en la cabeza contra el suelo. Matt, le golpeó en la cabeza a Jeff con un martillo y antes de que Jeff cayera inconsciente, quitó el seguro de la pistola que llevaba encima y antes de apretar el gatillo, se le calló el arma y se disparó sola. La bala le dió justo en un costado a Dylan.

Cuando mamá y Amanda llegaron, vieron al cadáver de Jeff en el suelo y a Matt y a Ray tratando con Dylan y su herida. Afortunadamente, tenían lo necesario para disminuir los problemas que le esperaban a causa del disparo.

Dylan colaboraba en las exploraciones y salidas ya que era lo suficientemente adulto y fuerte para participar y ayudar. La mayoría no tenía remedio pero él, escogió voluntariamente ayudar. Entrenaba duro todos los días y salía afuera con un grupo de exploradores. Mientras los demás vivían de la mano de los superiores, Dylan nos contaba todo lo que sabía arriesgándose a ser ejecutado y poniéndonos en peligro ya que todo lo que había fuera del búnker, debía quedarse fuera del búnker.

Aproximadamente un 45% de caminantes en el planeta, fueron exterminados en el último acto del Apocalipsis. Los animales, se dirigieron al norte donde más seguridad había. Apenas quedaba algún animal al rededor del búnker y las ciudades estaban derrumbadas y destrozadas. Era difícil de creer que todavía quedaban bastantes edificios en pié.

Los caminantes perdieron una capa del cuerpo, es decir, perdieron la piel. Una vez más, se volvieron más inteligentes y astutos. Todo su cuerpo era músculo cubierto de ácido asique era totalmente imposible hacer contacto con ellos. La mayoría, se escondían hasta la noche o todo el tiempo posible hasta no soportar el hambre. Se mantenían bajo las cenizas ocultándose y si había algún superviviente cerca, se hacían con él. No llegaban a comerse el cerebro para expandir su especie pese a ser lo más delicioso para ellos. Sí llegaban a comerse el cerebro, no podrían transformar a su presa.

Los caminantes estuvieron ocultos durante un tiempo hasta ser tantos como para extinguir lo que quedaba de humanidad. Pero tenían un límite. El cuerpo de los caminantes, pese a soportar el ácido, tarde o temprano se va desintegrando hasta acabar con el zombie. Toda aquella información, nos dió a entender que lo único que necesitábamos, era tiempo.

Sí nosotros no acabábamos con los caminantes, el orden natural acabaría con ellos aunque probablemente con nosotros también. Cientos de científicos y personas que luchaban junto a ellos por la cura del virus, perdieron todo su tiempo ya que la única cura era el tiempo y el orden natural.

Pero desgraciadamente, un nuevo, tranquilo y seguro comienzo, no podría darse por visto hasta que todo ser vivo estuviera extinto. Varias teorías predecían que el planeta se autodestruiría con nosotros en él o que se desharía de todo ser vivo y volvería a empezar aunque ningún meteorito se desharía de la evolución de los primeros seres vivos.

La cura del virus que provocó el fin del mundo, era el tiempo.

Extinción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora