CAPITULO 20

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Llegamos, y como siempre metiéndonos por la ventana del cuarto de Louis, me senté en un extremo de su cama viendo como Louis se metía con tanta facilidad, apoyándose en sus grandes brazos y entrando de un brinco como si de un saltamontes se tratara.

-¿te duele? – pregunto mientras se acercaba a mí con una sonrisa en el rostro.

-algo – admití, si sentía un ardor punzante pero nada grave

-no durara mucho, ¿me ayudas a untarme la pomada?- dijo mientras se sentaba a un lado mío y me daba el frasquito

-claro – tome con gusto la pomada, Louis me dio la espalda y se quitó la camisa deleitándome la pupila con su tan exagerada y bien marcada espalda que tanto me volvía loca… era simplemente tan sexy, trague saliva un poco nerviosa, con mucho cuidado de no lastimarlo, le puse la pomada con mucha lentitud, su piel era tan suave, debajo del tatuaje podía sentir sus músculos ¡Dios!

-listo – susurre pesadamente, Louis dio la vuelta con una sonrisa, subió la mano hasta mi mejilla acariciándola y mi reacción fue cerrar los ojos, disfrutando de tan preciada caricia, cuando ya no sentí su toque abrí los ojos y me topé con sus hermosos ojos observándome cuidadosamente, como si quisiera recordar cada detalle de mí, al no soportar ver por más tiempo su penetrante mirada, baje la mía y no pude evitar observar sus tatuajes, acerque mi mano a su pecho y comencé a recorrer sus tatuajes con la yema del dedo sintiendo como su cuerpo se tensaba ante mi tacto, subí la mirada para ver su reacción, tenía las pupilas ligeramente dilatadas y su mirada era más profunda que lo normal, mi dedo continuo con su recorrido sintiendo como su cuerpo comenzaba a relajarse, sin poder controlarme comencé a bajar el dedo, sintiendo su marcado abdomen, pero de un segundo a otro tomo mi mano sobresaltándome, alce la vista y Louis tenía los ojos cerrados mientras que negaba con una sonrisa en el rostro

-para por favor _____- abrió los ojos y me vio directamente – es algún tipo de tortura – confeso ¿tortura? – No tienes idea de lo que provocas en mi – sentí mi rostro caliente y baje nuevamente la mirada – será mejor que te ponga esto también – soltó mi mano y tomo el frasco – date la vuelta- ordeno y eso hice, obedientemente  le di la espalda, me quite la sudadera dejando a la vista mi reciente tatuaje, el roce de la sudadera con mi piel me hizo morderme la lengua para oprimir cualquier quejido que quisiese salir, sentí la fría y refrescante pomada, Louis la ponía con mucha delicadeza mientras que preguntaba si me dolía cada cinco segundos y yo me limitaba a negar con un ligero movimiento de cabeza, sentí sus labios sobre mi hombro derecho depositando un pequeño beso que me hizo temblar de pies a cabeza – listo – me voltee rápidamente y me lance a él sin pensarlo, solo lo hice y lo bese, lo bese como nunca antes, como si dependiera de ello y así era, enseguida recibí su respuesta, rodeo mi cintura con sus manos y sus labios me exigían más. Mis manos jugaban con el cabello de su nuca, mientras que lo devoraba, me pego más a su cuerpo, la respiración comenzaba a ser cada vez más difícil de conseguir, pero eso no importaba, no quería despegarme de el… nunca, disfrutaba estar con él, sentir sus brazos protectores rodeándome posesivamente, su lengua invadiendo mi boca, él es todo lo que necesito, él es mi apoyo, lo que me mantiene de pie, él es quien hace latir mi corazón, quien me hace ver una luz de esperanza al final de tanta tortura. El aire ya se hacía necesario, así que se separó de mí, pegando nuestras frentes, mientras que los dos intentábamos controlar nuestras respiraciones y rellenarnos de ese aire tan vital para la vida, los dos teníamos los ojos cerrados -______.......te amo- dijo después de un rato, abrí los ojos y sin pensarlo dos veces me volví a lanzar a él, lo necesitaba, necesitaba sentir que me amaba, necesitaba sentir sus labios sobre los míos, el beso se intensifico rápidamente y poco a poco se empezó  a recostar en la cama colocándome arriba de él, sin despegarse de mí, tomó mi pierna y la paso al otro lado suyo, poniéndome arriba de él, pero cuando se acostó completamente escuche un casi sordo grito de dolor, me separe de el sin ganas de hacerlo – estoy bien – tomo un mechón de mi cabello y lo paso detrás de mí oreja – mientras estés a mi lado siempre estaré bien _____- sonreí y me volví a acercar a su boca, las cosas subieron de temperatura notablemente, sentía como la habitación ardía y el único ruido era el de nuestras entrecortadas respiraciones. Él estaba sin camisa, sus manos recorrían de arriba abajo mi espalda, cuidando de no tocar el tatuaje, mis manos reposaban es su pecho, tomo la orilla de mi blusa y la levanto lentamente, me separe un poco dándole espacio para que la quitara, nos vimos obligados a separarnos para que la blusa pudiera salir completamente, con un gruñido me separe y el la quito velozmente, apenas toco mi tatuaje y sentí el ardor, pero no le tome importancia – eres tan bella – me observaba de arriba abajo, disfrutando de mi escases de ropa, me enderezo poniéndome de rodillas sobre la cama y el hizo lo mismo, se arrodilló en la cama, quedando frente a frente, me volví a acercar y lo bese, ahora lentamente, gozando de cada movimiento, sabía que llegaríamos al punto donde no habría retorno, donde pasaría lo que tuviera que pasar y no tenía miedo, ni vergüenza, sus manos y mis manos comenzaron a explorar nuestros cuerpos, como si quisiéramos recordar cada parte del otro – me vuelves loco – susurro entre mis labios – no sabes lo que sufrí ante tu indiferencia – ahora el parecía el desesperado, el hecho de recordar lo hacía desesperar, mis manos bajaron a sus pantalones y lentamente lo desabotone y baje su cierre, el hizo lo mismo, nos despojamos de nuestros pantalones quedando solo en ropa interior – ¿estas segura de esto? – su voz ahora era más ronca de lo normal, su cuerpo emanaba calor, sus ojos me pedían más y yo no me podía negar, lo quería igual o más que él.

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