HELP ME

CAPITULO 25

No dormimos muchas horas porque teníamos que ir al famoso zoológico del cual Zoe estaba muy emocionada de ir. Louis y yo estábamos sentados juntos resistiendo la necesidad de tomarnos de las manos o de recargarme en su hombro o simplemente de besarnos. Todos llevábamos una camiseta color naranja para poder distinguirnos era ridículo.

-¿falta mucho? – pregunto Zoe quien estaba sentada enfrente de nosotros

-creo que no mucho- le pregunte mientras veía por la ventana, iba muy seguido con mi familia, en esos días en los que no teníamos nada que hacer o que el pequeño Peter le suplicaba a mis padres ir porque había llegado un cachorro de León y ese es su animal favorito, o lo era desde que lo vi. O  cuando el nuevo amigo de la familia nos hablaba para ir a verlo.

-flash back-

-papá por favor, por favor tenemos que ir- le suplicaba Peter a mi papá mientras que brincaba de un lado a otro señalando la televisión donde anunciaron la llegada del león – tengo que conocer al pequeño león

-no lo sé Peter- le contesto mi papá quien le cambiaba al partido del juego de americano que estaba a punto de comenzar y el cual estuvo esperando toda la semana

-por favor, me eh portado bien-

-JA- dije sentada en el sillón con un libro en manos mientras que escuchaba el alboroto. Volteo a verme con el ceño fruncido

-cállate -   me dijo

-cállame – le conteste sin quitar la vista de mi libro, así que no pude ver en qué momento se me aventó. Lo único que se podía escuchar eran nuestros gritos

-¡PETER! – Grite – aplastas mi libro ahhh

-te dije que te callaras… quiero conocer al león  

-¡NIÑOS! ¡NIÑOS! – Salió mi mamá de la cocina con un plato en manos todo enjabonado – quieren calmarse

-¡es ______ que no quiere ir al zoológico!

  -¡yo nunca dije eso! Mira mamá lo que le hizo a mi libro – le mostré el libro con unas hojas arrugadas

-¡BASTA! –Sentencio- Cariño vamos al zoológico – mi papá volteo a ver a mi mamá con los ojos abiertos

-pero cariño… el partido – mi mamá solo levanto una ceja  y fue acto suficiente para que apagara la televisión resignado mientras se levantara del sillón

-tu manejas – le dijo a mamá mientras que Peter gritaba emocionado. Aunque papá no lo reconociera quien mandaba en casa era mamá.

-suban a ponerse bloqueador que el sol esta fuerte – nos dijo- y cariño, trae la cámara- me pidió. Cinco minutos después ya estábamos camino al zoológico. Cuando llegamos Peter no dejaba de correr de un lado para otro, no es que no me gustara salir con mi familia, al contrario amaba salir con ellos, es solo que estaba muy emocionada leyendo y es lo que hubiera preferido hacer lo que restaba del día y los zoológicos me deprimían, al ver a los fabulosos animales encerrados fuera de su hábitat natural.

-¡AHÍ ESTA! – grito y corrió hacia el para verlo tras el cristal  -es muy bonito – los tres caminamos hacia él para poder apreciar la pequeña criatura. El zoológico estaba casi solo, había una que otra familia o parejitas que no prestaban atención a los animales por estar besándose o cosas por el estilo.

-sí que lo es- dijo papá

-dame la cámara – dijo el pequeño pero ya era muy tarde ya estaba sacando de mi bolso la cámara

-pues ya la sacaste – dije riendo, se puso a fotografiar al Leoncito. Después de un rato un joven de algunos 25 años salió de una puerta dentro de donde estaba el pequeño león. Nos vio y sonrió, empezó a hablar pero por gracias al vidrio no escuchábamos nada, mis papá le hacían señas de que no se escuchaba así que salió de ahí por donde entro y en un momento ya estaba a nuestro lado