CAPITULO 32

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La mañana fue un poco atareada, no sé muy bien la hora pero era muy temprano, el sol apenas estaba por salir cuando Becky fue a despertarme

-buenos días mi niña- dijo mientras removía las cobijas

-buenos días – respondí aun adormilada, me observo un momento con tristeza - ¿Qué pasa? – le pregunte

- lloraste toda la noche cierto – dijo mientras pasaba una mano por mi frente y removía el cabello enmarañado entre sus dedos

-¿se nota mucho? – hice una mueca y ella asintió. En verdad me veía tan… ¿demacrada? no lo dudó ni un instante, seguramente sí.

-si –afirmo. Me paré con pereza y me vi en el espejo ¡madre santa! Estaba completamente mal. Puse las manos en la mesita y me acerque más a mi reflejo, no parecía yo, parecía un zombie, parecía que estaba muerta… de hecho nada fuera de la realidad me sentía muerta en vida para ser honestos. Unos grandes círculos entre purpuras y morados rodeaban mis ojos, mi piel se veía demasiado amarillenta, los ojos los tenia demasiado rojos, mi cabello era un nudo gigantesco que podía cubrir mi cabeza con facilidad. Becky se paró a mi lado y me observo por el espejo, tomo un peine y comenzó a pasarlo

-me veo fatal- dije en un susurro

-eres hermosa… pero esto es por la inmensa tristeza en la que vives… te está consumiendo mi niña, no puedes permitirlo- mis ojos seguían clavados viéndome, ya no tenía luz en la mirada, sentía que si me acercaba más, podría ver el mismito infierno a través de mi mirada- si sigues así tu misma te terminaras matando –paso el peine por mi cabello hasta que estuvo completamente desenredado- te maquillare un poco para ocultar que tuviste una mala noche- dijo ya poniendo maquillaje en mi rostro

-una mala noche no es ni la mitad de lo que pase – observe como hacia su magia el maquillaje y como poco a poco iba cobrando vida

-traeré tu ropa- saco del armario unos jeans una blusa y un suéter ligero – vístete, yo tenderé la cama – tome la ropa y me cambie rápidamente - ¿Quién es él? – voltee sin saber a qué se refería. Cuando vi la foto de Louis en su mano sentí que mi corazón se detuvo por un instante, corrí y se la quite de un jalón y la abrace

-es todo lo que tengo de él- dije un tanto desesperada- por favor no me la quites- le suplique- esta foto es la que me sacara adelante… por favor

-tranquila, no te la quitare – me respondió y me relaje - ¿Quién es? – pregunto nuevamente, con que no se enterara de donde la saque supongo que estará bien

-Louis – su sonrisa se amplio

-es un lindo nombre – dijo mientras se sentaba en la cama indicándome que me sentara a su lado

-él es muy lindo – respondí sentándome

-¿lo amas?

-con mi vida- respondí con toda la seguridad con la que puedo hacerlo

-¿y él te ama?

-como yo a él –le dije segura de lo que decía, sin detenerme a pensar, yo estaba segura que él me amaba como yo a él

-eso es amor del bueno –

-lo sé, el llego a sacarme de mi burbuja, el me salvo cuando pedía a gritos que me rescataran

-¿y dónde está ahora? ¿Por qué no te salva?- pregunto con el ceño fruncido

-no sabe en donde estoy- respondí bajando la mirada con melancolía en la voz.

-¿no?-

-no –se quedó pensando un momento en lo que le dije, se enderezo y me observo con firmeza, me hizo que la viera y con seguridad en sus palabras dijo:

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