CAPITULO 31

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¡Tráfico de blancas! ¡Dios!  A donde fui a caer. Este hombre me quería solo para que fuera una prueba de su supuesto trabajo ¿Cuándo empezaran a venir esos hombres? ¿Y si me escapo? Si he pensado en escaparme pero en esta casa hay mucho personal que me atraparía rápido y sin esfuerzo alguno, solo me ganaría una buena paliza. Necesito un teléfono ¡sí! Pediría ayuda, pero ahora que lo pienso no hay ningún teléfono en la casa, no vi ninguno… necesito conseguir un celular lo antes posible, tiene que haber aunque sea un maldito teléfono que sea mi salvación ¡maldita sea! La comida que había consumido y apenas se asentaba en mi estómago amenazo con salir, me sentía mareada y un fuerte dolor de estómago me ataco sin piedad alguno. Me pare de un salto y fui al baño a devolver la comida, apenas alcance a llegar, me quede tumbada a un lado de la tasa y Becky estaba parada a un lado mío. Comencé a llorar por la desesperación que me invadió, esto era una pesadilla era una maldita pesadilla, si pensaba que mis días estaban contados se redujeron a un mes con mucho sufrimiento, me van a violar por dios santo. Tengo que salir de aquí y claro que lograría hacerlo.

-lo siento mi niña- dijo y jalo la palanca que se llevó todo lo que vomite- no llores- como me podía pedir eso

--ayú….ayúdame –le suplique, abrace sus piernas mientras le suplicaba que me ayudara, pase una mano limpiando las lágrimas que caían desesperadamente – ayúdame Becky- mi voz era de desesperación, de una desesperación tan grande que sentía que me ahogaba, me estaba sofocando, le estaba implorando su ayuda

-no puedo hacer nada por ti…. Lo siento tanto –me acaricio el cabello

-sí, si puedes- la voz se me entrecortaba – háblale a Louis, a la policía…. A quien sea pero sácame de aquí

-vamos levántate- me animo pero me aferre más a ella – mi niña estas muy mal, ven, recuéstate un momento

-¡no! – Dije en un grito ahogado – por favor necesito salir de aquí, préstame un teléfono- me tomo de los brazos y me levanto, pero sentía las piernas tan débiles que se me me doblaban por la poca fuerza que tenia

-mi niña vamos a la cama- tome las fuerzas que me quedaban y me mantuve en pie, me aleje de ella ahora enojada

-¡ME VAN A VIOLAR! ¡QUE NO LO ENTIENDES! -Grite desesperada – y tú no piensas ayudarme – la vista la tenía muy nublada pero visualice un adorno de baño, lo tome y lo lance al piso partiéndolo en varios pedazos, Becky dio un paso hacia atrás un poco sobre saltada. Comencé a recorrer el baño con las manos entre el cabello buscando alguna posible solución pero no tenía idea de cómo salir de aquí, me estaba volviendo loca, completamente loca con esta situación.

-tranquila mi niña, me gustaría ayudarte –intento acercarse a mi

-pues hazlo – la tome por los hombros y la observe suplicante –ayúdame-

-pero no puedo hacerlo….- perdí las fuerzas que tenía y las piernas se me empezaron a doblar nuevamente amenazando con desmayarme, me tomo por los brazos ayudándome a mantenerme de pie  - mi niña, tengo una familia allá afuera y si yo falto a sus reglas, los lastimara. Entiéndeme- respiraba fuertemente intentando calmar mis nervios – me gustaría ayudarte

-marca a la policía y ya no podrá hacerte nada – ella negó levemente

-no es así de fácil y… me da miedo- susurro – él es muy poderoso, todos aquí nos asusta el señor Max, a otros no tanto solo están por el dinero, pero ninguno estaría dispuesto a ayudarte. Hemos visto tantas mujercitas como tú pasar por aquí. Yo no estoy aquí por gusto- en su mirada pude ver que todo era verdad y eso me asusto aún más. Me di cuenta de que tenía que arreglármelas sola. Sentí que mis piernas no pudieron más con mi peso y como perdía el conocimiento.

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