Había tenido la mejor noche de mi vida. La cama era extremadamente cómoda y tener a Zayn al lado lo era lo había hecho aún más.
En cuanto me desperté por la mañana, Zayn ya no estaba a mi lado. Pero había dejado una nota en la mesita de noche que tenia a mi lado, junto a su tarjeta de crédito."Buenos días, te recomiendo que vayas a dar un paseo por El Retiro y vayas a algún museo. Te recomiendo el Museo del Prado o el jardín botánico, están uno al lado del otro.
Nos vemos a la hora de comer, Z"Me levanté de la cama y me dirigí al restaurante del hotel, quería desayunar tranquilamente y aunque me hubiera encantado ir a desayunar a alguna cafetería, no sabría dónde.
Zayn me dijo anoche que Alberto estaría a mi disposición, pero no tenía ni idea de dónde encontrarle.En la cafetería, no tuve ni que pedir nada, porque tenían una mesa preparada para mí, donde Alberto me esperaba, con café en mano.
- Buenos días- le saludé sentándome a su lado
- Buenos días señorita, ¿qué planes tenemos para hoy?- preguntó dándole un mordisco a una tostada con algo rojo, que no era una mermelada.- Es pantumaca señorita, tomate y aceite de oliva
- Llámame Gigi por favor y tiene muy buena pinta eso
Terminé desayunando lo mismo que Alberto, que para mi sorpresa, estaba muy bueno. Al terminar de desayunar, fuimos en coche hasta El Retiro, dónde dimos un largo paseo como me había recomendado Zayn. Montamos en barca, en un estanco que había ahí. Me hubiera gustado estar con Zayn, ya que había sido él quien me había traído hasta aquí, pero Alberto tampoco era mala compañía.
Tras pasar un buen rato bajo el sol en aquella barca, fuimos hasta el museo del prado andando, ya que según Alberto, era un trayecto corto.
Al llegar, Alberto tenía ya unas entradas para ambos. El museo me cautivó y sin darme cuenta, era ya la hora de comer. Zayn probablemente ya estaría de vuelta en el hotel.- El señor Zayn nos espera fuera. Me ha dicho que nos tomemos nuestro tiempo- dijo Alberto, que acababa de guardarse el móvil en el bolsillo
- Podemos irnos, ya hemos dado la vuelta entera al museo.- contesté, disimulando las tremendas ganas que tenía de ver a Zayn.
Al salir del museo, Zayn estaba al teléfono, con su traje caro, exudando riqueza y todo atractivo.
Que suerte había tenido al conocerle en el bar. Que suerte había tenido cuando se fijó en mí y me invitó al mojito.
Me gustaba este hombre, y me gustaba muchísimo.- ¿Has pasado una buena mañana?- había colgado el móvil en cuanto me vio, para saludarme y darme un beso.
Nunca había sido fan de las demostraciones de afecto en público, pero con Zayn, poco me importaba. Es más, no me había dado cuenta de lo mucho que quería besarle, hasta que nuestros labios se tocaron.- Mucho, ¿la reunión fue divertida?
- Para nada, me alegro de que haya terminado ya. ¿Quieres hacer algo?
- No, el paseo, la barca y el museo han sido muy buena idea, gracias
- Bien, había pensado en llevarte a una casita que tiene un amigo a las afueras. Hay un lago cerca y estoy seguro de que te encantará.
- Eso suena genial, pero no tengo ningún bañador
- Iremos a comprarte uno después de comer. Llegaremos antes de la merienda y pasaremos la noche ahí. Y mañana, si quieres, podremos volver a Nueva York
Volver a Nueva York significaba decirle adiós a Zayn. Con los otros tíos era fácil, tan fácil que me iba enseguida tras haberlo hecho, pero era diferente con Zayn. Me quería quedar con él.