El sublime cambio del amor

Culpa

Linda Hanabi. Hinata abrazó a su pequeña hermana y le besó la frente.

– Ve a dormir. No le digas nada a papá.

Hanabi se quedó con las palabras en la boca al darse cuenta de que ese hecho su hermana lo sabía muy bien.

– No le diré. Pero deberías tener más cuidado. Si alguien más de la familia te ve, podría decirle a padre lo que estás haciendo.

– Lo tendré. Gracias por preocuparte.

Hanabi asintió complacida por tener la confianza de su hermana mayor. Hinata era la persona que más quería, y sabía que convertirla en líder la destrozaría tarde o temprano y ella estaba dispuesta a soportar el peso de una responsabilidad tan grande.

Antes de la vio darle la espalda y peinar su cabello, largo y azulado. Tan diferente al de ella. Hinata no se parecía en nada a Hiashi, mientras que ella era una versión femenina de él, en todos los aspectos.

– Talvez deberías decírselo tú, quizás te apoye.

Hinata giró para ver cómo Hanabi abandonaba la habitación.

¿Sería eso posible?

Podría ser, pero jamás le pondría semejante peso a Sasuke. Presionarlo hasta que aceptara que la quería ya había sido mucho. Y era obvio que para él el matrimonio no estaba en sus planes. Algo imposible de evitar si estaba dispuesto a ayudarla.

Hinata había pensado la posibilidad varias veces desde que lo conoció. Al principio le pareció aceptable, pero rápidamente se dió cuenta que Sasuke jamás estaría dispuesto a sacrificar tanto por una mujer solo por acostarse con ella. Cuando empezaron a tener un poco más de confianza la cobardía le ganó, tuvo miedo de alejarlo, y el se había convertido en su refugio, aún cuando solo fuera algo carnal.

Sin embargo ahora era imposible. No podía pedirle ayuda sin sentir que lo utilizaba. No quería creer ni sentir que lo había enamorado, aún cuando no fue su intención, solo para obtener algo de él.

No. Su amor debía ser incondicional. Sagrado. Aparte.

Sus problemas con el clan no debían mezclarse con lo que tenía con él.