Incómoda

4.3K 392 36
                                    

- Hola Naruto-kun.

Naruto regresó a verla. Todos pensaban que era un idiota cabeza hueca, y el sabía que lo era en muchas áreas. Su fuerte era la fuerza bruta, pero su cerebro no trabajaba igual que los demás. El podía ver solo lo puro de una persona. La suerte le había sonreído durante años. No querer ver el mal en el mundo era un grave error, pero momento todo le había salido bien.

- Hinata-chan, te ves diferente.

Ella enrrojeció. También veía el cambio. El constante sonrojo, los labios ligeramente curvados de una forma que los había lucir más carnoso. Un brillo anormal en la piel y los ojos. Y sobretodo la vergüenza cotidiana que la embargaba con cada habitante de la aldea, como si todos supieran lo que había hecho.

- Tal... Talvez sea la edad. Pronto voy a cumplir dieciocho – dijo intentado convencerse de que era ilógico que los demás supieran que ya no era virgen.

- Cierto, eres menor que yo.

- Dos meses.

- Mi cumpleaños será la próxima semana. Voy a invitar a todos a comer en Ichiraku, tú también debes venir.

- sí... - se interrumpió a si misma al ver al rubio levantar la mano para llamar la atención de alguien.

Ambos sabían que tarde o temprano debían cruzarse. Konoha a pesar de ser una de las grandes aldeas, en realidad no era tan grande.

- Dobe - saludó - Hyuga.

- U-Uchiha-san – le regresó el saludo con la cabeza gacha y enrojeciendo aún mas. Casi al instante comprendió que no podía estar cerca de él, que le faltaba poco por perder la consciencia, y aunque sabía que quedaría como una grocera, esperaba que Sasuke la comprendiera al momento de despedirse – M-me retiro, tengo que ver a mi equipo.

Naruto no parecio percatarse de su falta de cortesía hacía el azabache, y solo se apresuró a decir - Será el próximo sábado, recuérdalo, debes estar presente.

- Claro Naruto-kun, ahí estaré.

Tanto Sasuke como Naruto la vieron tropezar mientras se alejaba lo más rápido que podía.

Naruto se sentía estúpido y confundido. Tragar saliva no le quitaba el mal sabor que tenía. Hay cosas que las personas no quieren, cosas que a pesar de que se vayan, no duele, era exactamente lo que sentía en ese momento. No le dolía Hinata, no, dolor no era la sensación que se mantenía en la boca del estómago. Él lo definiría como irá. La pregunta era ¿A quien?

Lo más probable es que a si mismo por no estar listo para ella.

- ¿No crees que hoy Hinata-chan luce diferente?

¿Creerlo? Eso era poco. Sasuke tenía la certeza de que Hinata había cambiado. Él la había hecho mujer y eso le causaba una profunda satisfacción. El placer que ella le había dado era poco a comparación con la imagen de sus sabanas adornadas por una mancha roja. Se había sentido complacido por lo prieta que estaba, pero jamás pensó que la estuviera desvirgando.

- ¿A qué te refieres?

"Hoy no me miró como siempre"

- No importa. ¿Ya compraste mi regalo?

- ¿Que te hace pensar que voy a regalarte algo?

- Teme, yo te di un regalo en tu cumpleaños.

- Yo no te lo pedí.

- No se piden.

-¿Y por qué lo estás haciendo?

Esa discusión fue un tema recurrente durante los días previos al cumpleaños del Uzumaki. 

El sublime cambio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora