Si prestas atención al cielo, podrás observar cómo el oscuro firmamento está repleto de pequeños puntitos luminosos que se mueven. ¿Que se mueven? ¡Hey! ¿A dónde van? Se mueven impulsadas por una ráfaga imperceptible y desaparecen. ¡Ah, claro! Hemos presenciado a un ladrón de estrellas. ¿Cómo? ¿No sabes lo que es? Son unos seres que se encargan de… Bueno, el nombre es muy descriptivo. ¿Para qué lo hacen? Bien, te contaré una historia sobre cómo nace el primer recolector de estrellas, cuyo nombre es Jonghyun.
Jonghyun era un muchacho que vivía en la ciudad de Seúl. Era un joven muy apuesto que despertaba las miradas y los suspiros de cualquiera que pasara por su lado. Si uno observaba al muchacho de cabello moreno y lacio pensaría que él no le prestaba atención a nadie, pero se equivocaba. El moreno solo tenía ojos para una persona: Kibum.
Kibum era un muchacho que, al contrario de Jonghyun, nadie notaba ni aunque lo intentara con todas sus fuerzas. Hermoso como nadie, la gente no sabía apreciar todo lo que el de cabellos negros era, ni todo lo que tenía para ofrecer. Eso provocaba en él un sentimiento de odio hacia sí mismo que no podía controlar. Tal era su malestar consigo mismo, que no notaba que el muchacho de cabellos lacios no podía sacarle la mirada de encima.
Jonghyun estaba en la biblioteca buscando un libro para estudiar cuando al intentar sacar un ejemplar de Hamlet, su mano tuvo que hacer más fuerza de la necesaria para extraer el libro. Volvió a tirar con fuerza, hasta que lo obtuvo. Casi cae por la fuerza que había realizado, pero cuando observa por la ranura que ha quedado libre, puede ver unos bonitos ojos al otro lado que lo miran de vuelta.
Se sostienen la mirada por apenas unos segundos, pero a Jonghyun le sobran segundos para saber que esos ojos le pertenecen al muchacho bonito que no se puede quitar de la cabeza, y al otro para saber que ese el muchacho que le roba los suspiros a cualquiera que pase por la secundaria.
Rompen el contacto y el de cabellos negros quiere huir, pero cuando voltea a su izquierda para salir, ve que el moreno ha dado la vuelta para ir a su encuentro. No sabe qué hará, sabe que el otro puede estar enojado por lo del libro, ¿qué dirá si quiere pelear? ¿Acaso se puede pelear por un ejemplar de Hamlet?
El moreno ha ido al encuentro del otro sin saber por qué, tiene el libro aún en sus manos y lo toma con mucha fuerza. Está mirando los ojos del otro sin saber por qué y piensa que lo está inquietando cuando ve que el otro retrocede un poco.
—¿Ne… necesitas el libro? —pregunta nervioso el moreno.
—Sí, pero si tú lo necesitas…
—¡Podemos compartirlo! Es decir… Podemos leer juntos.
—¿Tú… leerías conmigo?
—Si quieres… a mí me parece bien.
—Seguro.
—Me llamo Jonghyun. —Extendió su mano y sonrió.
—Dime Kibum —respondió con una sonrisa y estrechó la mano ajena.
Se ubicaron en una mesa libre uno al lado del otro y comenzaron a leer el libro. Sería incómodo si uno leyera mucho más rápido que el otro, pero, por eso que uno nunca entiende, ambos avanzaban al mismo ritmo. Se tocaron sus manos sin querer varias veces que quisieron cambiar la hoja. Se sonrieron nerviosamente ante el acto y continuaron leyendo.
Quién diría que Shakespeare sería testigo de otra historia de amor que se dio en pocos días, en uno para ser exactos. Los flechazos suceden, y, en el corazón de ambos, había un pequeño hilo que unía los sentimientos de ambos.
A Jonghyun se le ocurrió decirle a Kibum de ir a leer a la sombra de un árbol luego del horario escolar. Y así lo hicieron. Se encontraron minutos más tarde al sentir el ruido del timbre anunciando la salida. Muchas de las personas que por allí pasaban y miraban con atención cómo aquellos muchachos leían juntos. Kibum se sentía un poco incómodo con las miradas.
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Cuentos cálidos para corazones fríos [Jongkey]
FanfictionLa idea de este espacio es publicar todos aquellos escritos que se me ocurren sobre Jonghyun y Kibum. Quizás algunas veces no aparezcan sus nombres pero son ellos sus protagonistas. No sé cuántos escritos habrá, eso dependerá de mi imaginación.