Cuento 28: Estrella fugaz

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La noche fría se ha impuesto con su manto negro sobre la superficie de aquel paraje idílico, silencioso y sin luces. El viento hace que los abrigos emitan un suave quejido, mientras quienes los portan cambian una y otra vez de posición intentando obtener un ápice de calor. Kibum y Jonghyun caminan uno cerca del otro. Sus pasos se sienten sobre la arena combinada con pequeñas hierbas que cubren el lugar.

Se merecían aquellas vacaciones más que nada en el mundo. Luego de un atareado año, y escaso tiempo para verse, el reloj se había detenido en aquellos días de descanso. La pareja se dispuso a buscar un lugar alejado, sin ruido, sin apuro, sin nadie más que ellos. Habían tomado su cámara, se fueron flojos de equipaje. Tomaron el auto y se dirigieron a aquel lugar de ensueño.

Podría haber sido una trampa publicitaria, pero al parecer aquello era real. Atravesar las dunas en un camión con otras personas para llegar al sitio, pasar tan cerca del agua, ver cómo los pájaros los recibían con danzantes vuelos: era real. Las casas coloridas, las calles de arena, casi sin vehículos, muy poca gente.

Aquel paisaje parecía casí perfecto, hasta que alcanzó la máxima puntuación: prácticamente no había electricidad. La mayoría de las casas se iluminaban con la tenue luz de las velas. Muchos de los caminos estaban rodeados por botellas cortadas, que cumplían la función de preservar la luz emitida por el fuego y la cera.

—Sin electricidad no hay contaminación lumínica —razonó Kibum.

—Y sin contaminación...

—¡Esta noche va a ser hermosa!

La bóveda celeste era una canica oscura, adosada con pequeños puntos blanquecinos que brillaban con vehemencia ante los ojos brillantes de sus dos espectadores. Jonghyun pasó su brazo por el espacio que dejó uno de los de Kibum y lo abrazó fuerte.

—Suerte que trajimos los abrigos— susurró Kibum al oído de su amado antes de depositarle un beso en la cabeza.

—Tomemos algunas fotos.

El lente que habían elegido era perfecto para noches así. Buscaron un buen ángulo, colocaron el trípode, y comenzó la magia. Kibum se concentró en tomar las mejores imágenes de aquel día, pero algo aquejaba la mente de su pareja.

"Es la primera vez que vamos a estar tanto tiempo juntos". Eran las primeras vacaciones que se tomaban completamente solos en esos años, tanto tiempo para ellos. ¿Qué pasaría si no disfrutaban? ¿Qué pasaría si algo saliese mal? ¿Y si peleaban más que de costumbre?

—¿Jjong?

—Dime.

—Te estoy pidiendo ayuda hace unos minutos —dijo claramente divertido por la situación.

—Disculpa, estoy... distraído.

—¿Quieres hablar?

—¿En qué te ayudo?

—Lo tomo como un "no". Bien, toma tu celular y acércate a aquel árbol. Enciende el flash y veremos qué sucede.

Luego de una larga sesión, Kibum y Jonghyun se tiraron sobre la arena a contemplar el cielo. De repente, la bóveda oscura se iluminó con un pequeño haz de luz que se precipitó por el manto y se perdió de vista.

—¡Una estrella fugaz! ¿La has visto?

Jonghyun se encontraba sobre el pecho de Kibum mirando el espectáculo. Se deleitó pensando en la cara de emoción de su amado.

—La he visto, cariño.

—¿Podemos quedarnos hasta que pase otra?

—No creo que funcione así... No pasan tan seguido.

—Bueno, al menos pedí mi deseo. ¿Pediste el tuyo? ¿Qué pediste?

—Si te lo digo no se cumplirá.

—Vamos dime, yo te diré el mío.

Jonghyun suspiró. Su deseo comenzó a parecerle tonto y egoísta.

—Deseé que no te aburras de mí. Que podamos ser los compañeros que hemos sido estos años, seguir compartiendo aventuras. Es un poco tonto y sé que no tienes que quedarte conmigo ni estás obligado a quererme por siempre...

Kibum se movió para que Jonghyun lo dejara salir de debajo de su cuerpo. Se acomodó un poco e intentó posicionarse frente a él, aunque no había mucha luz para asegurarse de ese detalle. Estiró su mano y acarició su rostro.

—Calma tu mente. Yo también tengo miedo de muchas cosas. Pero estamos juntos, podemos hablar sobre lo que nos suceda. Fue un lindo deseo, va a tono con el mío.

—¿El tuyo?

—Que algún día te cases conmigo.

El corazón de Jonghyun dio mil brincos pequeños.

—Sí, lo sé, —continuó Kibum— soy un poco anticuado. He bromeado antes con lo de pedirte matrimonio y ojalá te sorprendas cuando lo haga. Aunque me gustaría pasar unas etapas antes, digo si estas de acuerdo y...

Jonghyun acortó las distancias para sentir el frío de los labios de Kibum. Sintió un breve suspiro de aprobación antes de fundirse en un largo beso. Sobre sus cabezas, las estrellas titilaban, y un haz pequeño y veloz volvía a pasar y, quizás, hasta les cumpla el deseo.

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Una mezcla de cosas que me pasaron en las vacaciones, que creo que nuestro Kibum y Jonghyun también querrían probar.

El lugar del que hablo es "Cabo Polonio" en Uruguay. Y es un lugar hermoso si alguna vez pueden visitarlo.

Cuentos cálidos para corazones fríos [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora