La puerta seguía el movimiento oscilante aparentemente provocado por la eufórica huida. Dentro, en el suntuoso cuarto, las cortinas danzaban impulsadas por el viento. Las hojas escritas se esparcían con suaves movimientos por toda la habitación hasta llegar a los pies de un intruso. El muchacho toma una hoja escrita y sus grandes ojos recorren la superficie amarilla. Sin dejar de leer, el joven comienza a hablar:
-Eh, Jonghyun, ¿qué es todo este desastre?
Al no obtener una respuesta, el joven príncipe baja la hoja y mira hacia su alrededor. Los trozos de papel se siguen moviendo y decide, en un impulso de lucidez, recogerlos porque podrían ser importantes.
-Joven príncipe, ¿ha sucedido algo?
En la habitación, dos personas esperan la orden del príncipe, y observan la escena desde el umbral de la puerta.
-Jinki, nada de formalidades. Pasen. Vamos, Taemin, tú también.
-Joven, usted sabe...
-Mi padre no se enterará. Adelante.
-Sí, señor-. Con un gesto de cabeza, ambos guardias reales entraron por la puerta.
Corría el año 2525, y la monarquía era la forma de gobierno de Usroc, antiguo territorio de Corea del Sur. Luego de una crisis ambiental, varias guerras y un par de siglos de paz, la humanidad renacía de las cenizas con nueva tecnología y lista para volver a cometer los mismos errores que la historia se había propuesto borrar. El rastro de lo que la humanidad supo ser fue de ayuda para que se pudiera avanzar rápidamente en la medicina, la industria y el armamento.
La familia de los Kimhoi reinaba Usroc desde sus inicios, «así ha sido y así será siempre», rezaba el lema familiar. Conservadores, estrictos, impasibles: así eran los reyes. Vivían por y para el reino, lo que los llevaba a esforzarse al máximo para lograr la perfección en todo, hasta en sus hijos: Jonghyun y Minho. No dejaban que ellos se juntaran con nadie que no fuera del reino, y tenían estrictamente prohibido hablar con cualquiera que sirviera en el palacio. Pero, como adultos jóvenes, ambos rompían esta regla. Por eso, Jinki y Taemin se encontraban en la habitación de Jonghyun junto a Minho.
-Joven príncipe... -habló Taemin.
-Deja las formalidades, estás conmigo, Taem.
-¿Dónde está tu hermano? -Jinki caminó hacia Minho y comenzó a tomar algunas de las hojas que estaban en el suelo.
-¡Hey, miren esto! -el grito de Taemin hizo que ambos muchachos voltearan.
-Baja la voz si no quieres que el rey se entere de esto -pronunció en un susurro Jinki.
-¿Qué tienes, Taem? -preguntó Minho.
-Dice "probablemente, no deberías leer esto..."
-Y... esa es tu señal para que dejes de leer -Jinki intentó arrebatarle la hoja, pero el otro se resistió.
-No, Jinki, déjalo continuar.
Con una sonrisa sacarrona, Taemin carraspeó su garganta y Jinki soltó una risita por el accionar inmaduro de su compañero.
-"Probablemente, no deberías leer esto..."
«Me siento apenado, no debería ser de esta forma. Créeme, no deberías enterarte por mí. ¿Alguna vez te has preguntado por qué el cielo es azul? Probablemente, porque crees que así son las cosas y, por más que te lo preguntes, no harás que se vuelva de otro color.
Ahora pregúntate esto. ¿Por qué tienes un tatuaje en tu espalda con forma de corazón? No lo recuerdas, posiblemente, has ido ahora a fijarte si está allí. Volviste, tomaste la hoja y te estás preguntando quién rayos soy yo. Antes de ver la firma, por favor, sigue leyendo.
Pregúntate otra cosa: ¿por qué los Kimhoi siguen siendo los reyes luego de tanto tiempo? ¿Porque «así ha sido y así será siempre»? Todo cambia, absolutamente todo, excepto ellos. ¿Por qué cuando las hordas furiosas van hacia el castillo nunca vuelven? Bueno, sí, lo hacen, pero con una mente renovada.
Ahora tiemblas. No es para menos. Tu familia ha sido la causante de diversos males, pero siempre parecen salirse con la suya, como si nadie pudiera siquiera cuestionarlos. Por miedo, o por otra cosa.
Tú lo descubriste. En realidad, juntos lo hicimos. Descubrimos que tu familia tenía en su poder una máquina que borraba la memoria de las personas. Quisimos pedir explicaciones, pero el argumento del poderoso es callar al débil: no nos salimos con la nuestra. Nos quisieron separar, y, de hecho, lo lograron.
Tu familia ha realizado matanzas y ha arruinado la vida de mucha gente solo para mantenerse a la cabeza de Usroc. Ha sido la peor escoria, pero nadie lo recuerda. Ellos y su máquina nunca permitirán que la verdad se sepa.
Sigues pensando en el corazón de tu espalda, ¿a que sí? ¿Sabes de dónde viene la palabra recordar? En su momento te lo expliqué, viene de recordis, del latín. Re significaba de nuevo y cordis, corazón. Recordar es volver a pasar por el corazón. Prometimos siempre pasar por el corazón del otro, y por eso los tatuajes gemelos. Sí, también tengo el mío.
Estoy escribiendo mucho y poco a la vez. Pero creo que te conozco tanto como para saber que pequeñas lágrimas se te escapan y que has empezado a recordar. Ve a tu cama y busca bajo de la almohada un pequeño frasco. Es mi perfume, ¿lo recuerdas? ¿Me recuerdas?
Otra pregunta surge, ¿no es así? ¿Cómo te he recordado si debí olvidarte como tú a mí? Sencillo, lo que pasa por el corazón no se olvida. Tomé una prenda tuya antes de iniciar el proceso. Te recordé. ¿Esto te ayudará a tenerme nuevamente en mi corazón?
Como exguardia real, sé cómo dejarte esta carta sin que nadie se entere y ahora te diré cómo me encontrarás. Búscame en el único lugar que de verdad te gusta. Antes de esto, tira todas las hojas que encuentres por el suelo y empuja la puerta como si hubieses escapado por allí. Abre la ventana y baja por la enredadera. Ya sabes a dónde ir. Deja esta hoja cerca de la puerta para que Minho la tome, y le cuente esto a Taemin y a Jinki, quienes me recordarán cuando les diga que busquen en la armadura de la entrada principal la foto de los tres guardias juntos, la que escondimos para que crean la historia.
Podemos iniciar una historia los cinco juntos, pero deben buscarme.
Y Jonghyun... siempre te he amado.
Con amor»
-Kibum.
Taemin levantó la vista y vio cómo Jinki salía disparado por la puerta. Decidió seguirlo. Minho se quedó contemplando la ventana y tomándose la cabeza. Nada de aquello parecía tener sentido. O sí, y sus padres eran los malos de la historia. Pudo comprobarlo cuando Jinki le trajo una foto, y Taemin exclamó que recordaba a Kibum.
En otra parte, alejada del palacio y lleno de frondosos árboles, Jonghyun corría rápidamente. Sus cortas piernas le pedían que se detuviera, pero él necesitaba verlo.
A lo lejos, una figura contemplaba el pequeño lago. Una sonrisa comenzó a formarse en los labios del príncipe y apuró más el paso. La figura volteó a verlo con una sonrisa de igual magnitud.
-Jjong, tú me...
No pudo decir nada cuando ya los labios del otro hacían contacto con los suyos.
-Te amo, y te recuerdo.
Se abrazaron y se besaron hasta que perdieron el aliento y la noción del tiempo. En la noche, Minho, Taemin y Jinki aparecieron por allí. Lo único que sabían era que escapar era la mejor opción, lejos de todo aquello que los mantenía prisioneros. Se escaparon, lejos de Usroc, para vivir una vida juntos.
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Pues, buenas :). Tiempo sin estar por aquí, ¿no es así? Nueva historia. Simplemente vino a mi cabeza. Espero que puedan disfrutar de esto.
¿Cómo han estado? Espero que bien. Yo he estado muy bien, pero sin tanto tiempo. Espero que me recuerden aún jaja. Les dejo un saludito.
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Cuentos cálidos para corazones fríos [Jongkey]
Fiksi PenggemarLa idea de este espacio es publicar todos aquellos escritos que se me ocurren sobre Jonghyun y Kibum. Quizás algunas veces no aparezcan sus nombres pero son ellos sus protagonistas. No sé cuántos escritos habrá, eso dependerá de mi imaginación.