Un Romance más allá de la muerte (Juliantina) Terminada

La llegada de Lupe

Lupe tenía ya varias semanas de no saber de Juliana, había intentado comunicarse con ella a través del celular pero estaba apagado. Quería verla, la última vez que habían hablado Juliana le había contado lo bien que la estaba pasando y que estaba enamorada, ella adoraba a su hija y quería compartir con ella todo, quería ver su felicidad en el rostro mientras le narrara con lujos de detalles su historia de amor, así que decidió darse una semana de vacaciones e ir a visitar a su hija hasta Nicaragua. Con la asistente de Juliana consiguió todos los detalles para poder así concretar su viaje.

Durante el vuelo no hubo contratiempos, llegó a su destino en tiempo y forma, luego de pasar por migración y aduanas, se dirigió a la oficina de RentAcar, para conseguir el carro que había rentado previamente on line. Un empleado de la compañía la llevó al vehículo y le orientó como llegar a su destino final.

Lupe muy contenta emprendió su viaje para reencontrarse con su hija. El viaje fue entretenido pasó por ciudades muy pintorescas y pudo apreciar el lago Xolotlán y el Volcán Momotombo, quedó maravillada por lo imponente del volcán y la majestuosidad del lago. Después de haber manejado cuatro horas llegaba hasta el pueblo costero donde estaba su hija, como había acordado con Jacobo a quien había contactado el día anterior, lo pasó buscando por su casa.

Buenas tardes- saludó Lupe al encontrarse con Jacobo en el portal de su casa -  Soy Lupe Valdés, la madre de Juliana.

Mucho gusto, doña Lupe, ya estaba esperándola. Ayer estuve con su hija platicando y olvidé mencionar que usted venía, será una grata sorpresa la que va a tener. Yo ya tengo listas las compras para la señorita Juliana así que cuando usted diga nos vamos, la casa esta cerca está a unos 15 minutos del pueblo. . Solo déjeme llamar a Mateo, mi nieto, el viene conmigo. Ese cipote es mi mano derecha- expresó.

Mateo! Mateo!- gritó Jacobo. Inmediatamente, se escuchó la voz del chavalo contestándole.

Ya voy, abue!! Ya me bajó!- dijo mientras se bajaba de un palo de jocote.

Bueno, mi hijo, está es Doña Lupe la mamá de la Señorita Juliana, vamos para allá.

Mateo disimuladamente jaló la camisa de Jacobo para llamar su atención.

Abue - no me gusta ir ahí, ya lo sabes. Ahí pasan cosas raras! Jacobo sobó su cabeza, le dio una mirada profunda para transmitirle confianza y dijo,

Vamos juntos! No te preocupes, además vamos por poco tiempo- le tomó de la mano y lo llevó junto a él al carro de Lupe.

Subieron las compras al vehículo , y Jacobo se aseguró de tener las llaves en su bolsillo. Estando todo listo subieron y emprendieron el corto viaje.

Como había expresado  anteriormente Jacobo antes de 15 minutos ya habían llegado a la casa Colonial, Lupe admiró la belleza arquitectónica de su fachada, luego decidió recorrer el patio y al girarse un poco pudo ver el bravío mar y como sus olas rompían contra los peñascos, el viento le llevó su particular sonido a sus oídos. Lupe suspiró profundamente,  de satisfacción ya que estaba complacida por el paisaje y por el hecho de tener a su hija ya a solo unos metros.

Luego de inspeccionar por unos minutos el lugar se dirigió a la puerta principal y tocó la puerta, al no obtener respuesta, tocó nuevamente, pero nuevamente fue el silencio la respuesta. Se voltió hacia Jacobo y le preguntó,

- Será que está dormida? Que hacemos?

Jacobo se sacó las llaves de su bolsillo y le dijo,

- No se preocupe, dońa Lupe. Yo traje las llaves de la casa - y procedió a abrir la puerta, inmediatamente entraron a la casa,  checaron la cocina, el salón y el balcón, pero Juliana no estaba ahí. Por lo que Jacobo mostró a Lupe cuál era la habitación de Juliana.

Lupe se dirigió al dormitorio, tocó en una ocasión al no obtener respuesta abrió la puerta y pudo ver a Juliana dormida en la cama, Lupe la observó detenidamente y pudo apreciar en su cara la felicidad, tenía una sonrisa en los labios, y se veía totalmente en paz, Lupe pensé que ciertamente el cambio de ciudad y el Amor habían hecho maravillas en su hija.

Se sentó en un borde de la cama la tomó de sus manos y le dió un beso en la frente.