Un Romance más allá de la muerte (Juliantina) Terminada

Quien es?

Valentina Carvajal observaba a través de la ventana, no recordaba haber visto a alguien en esa casa por mucho tiempo. Le llamó la atención la chica morena sentada en el sofá, quien parecía muy concentrada escribiendo, a pesar de la distancia pudo apreciar sus facciones, era muy bonita, su cabello negro y largo se movía al ritmo del viento. Usaba pantalones y camisa a cuadros, ropa muy masculinas pero destacaban su femineidad. Quería verle los ojos, y se subió a una piedra, la cual se resbaló en sus pies descalzos, provocando ruido, lo cual llamó la atención de Juliana. Se levantó, puso la libreta y el lápiz en la mesa junto al sofá y se dirigió al lugar del ruido.

Hola!!!-exclamó- pero no obtuvo respuesta. Salió al patio y tampoco vió a nadie. Regresó a su lugar, y sintió esta vez la sensación de ser observada, volteó la vista y no vió a nadie. Se dirigió a su dormitorio y decidió descansar en su cama.

Valentina no se había ido lejos, al ver que Juliana se había dirigido al dormitorio, decidió ir a verla de cerca. Con mucho cuidado entro al dormitorio y encontró a Juliana en la cama, durmiendo. Esta vez pudo apreciar mejor sus facciones y pudo ver lo bella que era. Tocó su mejilla y vio como Juliana se movía por lo que decidió salir.

Durante los siguientes días Valentina seguía alrededor de la casa y Juliana continuaba con su rutina, eso sí, siempre con la sensación de ser observada.

Esa tarde Juliana decidió dejar el balcón y caminar hacia el mar, estaba sentada en la playa cuando la vió. Era una chica alta, delgada, de cabello castaño y largo que caminaba descalza usaba una bata blanca. Desde su llegada Juliana no había platicado con nadie del pueblo, ya que quedaba un poco alejado de la casa. Así que decidió acercársele.

Hola, Soy Juliana! Dijo- la otra chica se aproximó más y pudo ver la mirada profunda de Juliana y su sonrisa, no entendió porqué pero sintió algo que nunca antes había sentido. Por su lado, Juliana vió el cielo en sus ojos y al igual que Valentina sintió algo diferente en su cuerpo, cuando ésta le dio la mano diciendo: Soy Valentina Carvajal.

Me gusta como te vistes, dijo Valentina, yo quisiera usar pantalones al igual que vos pero mi madre no me lo permite siempre dice que una señorita no debe vestirse así.
La verdad que desde que tuve uso de razón mis padres me dejaron vestirme a mi gusto- respondió Juliana.
Hablas diferente, comentó Valentina, oh si, dijo Juliana: a pesar de tener sangre pinolera nací y crecí toda mi vida en Ciudad de México.
Oh, por eso la ropa exclamó Valentina- esto no pasa de ser un pueblo con ideas arcaicas y sonrió. Juliana la observó y pensó para ella misma - que chica más sencilla y además, guapísima.

Llegó la noche y se despidieron.