Déjame Enamorarte (BoruSara)

Capítulo 3 : Enamorado de ti

Yanagi la citó ni bien la vio entrar al hospital, la esperó en la oficina donde estaban sus compañeros y le sirvió un poco de café. Estaba nerviosa. No entendía por qué necesitaba hablar con ella, ¿acaso había hecho algo malo? Tragó saliva y miró expectante el chorro de café que caía sobre su taza, el olor se impregnó en su nariz y pareció calmarla de alguna forma. Sujetó la taza con ambas manos y sus manos se calentaron. Seguía nerviosa. Yanagi se acomodó en la silla y retiró su espalda hacia atrás, mirándola con expresión pensativa. No sabía por dónde empezar. Boruto era más problemático de lo que imaginó y cada vez era peor. Era obvio ya que tenía casi veinticinco, ya era adulto, tenía sus propios pensamientos y podía decidir por su cuenta, a pesar de que no estaba en condiciones para hacerlo. Era normal que quisiera rebelarse. Verla le hacía entender por qué había sucedido todo. Tenían la misma edad y era una chica bonita, ¿cómo no caer ante su belleza? Debía admitirlo y era una realidad. Suspiró.

-¿Para qué me citó?-articuló nerviosa. Tomó un sorbo de su café amargo.

-Es sobre Uzumaki Boruto.

Sarada levantó una ceja, ¿por qué sobre él? Al tragar el líquido, se reclinó sobre la silla y le prestó atención.

-Sarada, conoces bien nuestras normas de convivencias y sanciones, ¿verdad?

-Sí, por supuesto que sí. ¿Por qué?

-Entonces será sencillo para ti cumplirlas, ¿no es así?-cada vez tenía más miedo hacia donde iba la conversación. Tragó con fuerza-. Boruto parece interesado en ti. Es obvio, ya que tiene la misma edad y eres una chica bonita, por eso...-carraspeó-. Necesito que trates de mantener tu relación como pasante y paciente. No quiero que te involucres en ningún tipo de relación íntima, eso podría...-lo interrumpió.

-Traerme problemas en mis notas, ¿verdad?-asintió con la cabeza. Se mordió el labio inferior y su mirada se posó en el calendario-. De acuerdo, no se preocupe-le sonrió-. De todas formas soy consciente de ese tipo de cosas. No soy tan tonta como para perjudicarme. Esto es importante para mi carrera universitaria y, por supuesto, mi futuro.

Hubo un silencio y entonces Yanagi golpeó la mesa con cuidado, se puso de pie y llevó la taza al lavabo, le sonrió:

-Me alegro que lo comprendas. Tienes una buena ética profesional, me agradas.

Yanagi se retiró de la pequeña sala y en cuanto atravesó la sala, sintió que su alma vino a su cuerpo, jamás se había sentido tan tensionada frente a alguien. Intentó mostrarse adulta y responsable, segura con su profesión y sus principios, no esperaba causarle problemas a nadie y su tutor tenía razón. Las relaciones amorosas eran un peligro en el lugar de trabajo. Juntó todo el aire que pudo y lo soltó con lentitud para serenarse. Golpeó sus mejillas para espabilarse, recogió algunas planillas, una bírome y se colocó el chaleco junto con la tarjeta con su nombre. Al salir de la sala se cruzó con la asistente Mei, que le enseñó una sonrisa amistosa y pasó de largo, al caminar por enfrente de la habitación de Boruto, intentó evadir el contacto visual; el rubio la observó con una sonrisa en sus labios, ella se dio cuenta porque por un segundo cruzaron miradas. Enseguida la apartó y siguió su camino. No quería mostrarse seria ni fría, solo cumplía las reglas y no quería poner en riesgo su reputación.

El rubio bajó la mirada al ver que lo ignoró. Le dolió que ni siquiera le haya sonreído o saludado. Hizo una mueca y se cruzó de brazos para continuar con su partida de videojuegos. Sarada pasó de largo la habitación de Boruto y se detuvo en la siguiente, donde estaba la otra paciente que debía atender, a diferencia de él era una niña de cinco años. Era muy bonita, amable y tímida. Algo de ella le llamaba la atención. Al abrir la puerta, Riri dejó lo que estaba haciendo, en sus manos tenía papeles de colores.