Capítulo 13 : Familia

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Acordaron que la boda sería en primavera, justo la semana antes de sus cumpleaños, aún así todavía faltaban algunas cosas importantes para dar el sí en el altar. Entre ellas conocer a toda la familia. En la primera semana de Diciembre Sarada terminó de llenar los formularios de adopción, con el acta de compromiso, ese día fue Boruto también. Después de salir de su cursado de ingreso habían decidido pasar a retirar a Riri. A partir de ese día, ya era su hija, lo más difícil sería elegir el apellido. En el camino hasta el orfanato debatieron sobre el asunto sin llegar a ningún lado. Boruto resopló y pensó que no era buena idea discutir, sujetó la mano de su futura esposa y bajaron del tren para bajar la calle hasta llegar al orfanato.

Al ingresar al enorme edificio, los pasillos los confundieron, Boruto leyó la catelería y un pequeño mapa, se guiaron por eso y caminaron hasta el fondo del establecimiento. Se detuvieron en una enorme sala y una mujer anciana emergió de una de las puertas. Parecía amable y amistosa, los recibió con una amplia sonrisa y con los brazos extendidos:

—Buen día, ustedes deben ser el Sr. Uzumaki y la srta. Uzumaki, ¿no es así?

Boruto se sonrojó al escuchar el nombre de Sarada con su apellido, volteó hacia ella tímido y ella soltó una risita, se acercó a su oído:

—Suena bien, ¿no crees?—rio tentada.

El asintió y sujetó con fuerza su mano. La anciana los guió hasta llegar a una habitación más pequeña, una sala de espera, con dos sofás y una mesa ratona, y un horrible y marchitado macetón. Aquello le recordó a su hermana y lo enojada que estuviera si lo viera en ese estado. Bajó la mirada y fundió sus ojos azules en los ojos de su futura esposa. Ella le sonrió.

—¿Sabes qué estuve pensando en estas semanas?—se recostó sobre el hombro del rubio.

—¿Qué...?—intentó pensar y una idea vino a su mente—. ¿Sarada no me digas que estás...?

—¿Qué..?—palideció—. ¡No, tonto! Solo que...—sus ojos brillaron—. Como mi papá ya regresó a la ciudad y estamos en fechas navideñas, pensé en que conozcamos ambas familias. Tu la mia y yo la tuya, sobretodo, porque Riri tampoco los conoce y deberíamos hacerlo. ¿No crees?

Boruto se ruborizó por ese hecho. Tenía razón todavía no conocía a toda la familia Uchiha, ellos serían parte de su familia y ni siquiera conocía a sus suegros, y encima le debía un enorme gracias a ese sujeto, por cuidar de su hermana todo ese tiempo. Sonrió. No estaba en desacuerdo. Era la mejor decisión que tomaron hasta ahora.

—Entonces, Riri se llamará: Uzumaki Riri, ¿qué tal?—amplió su sonrisa en señal de victoria.

—Eh...—dijo pensativa—. No queda mal, me gusta.

La anciana vino acompañada de la pequeña Riri y sus pertenencias. Ni bien se pusieron de pie, recibieron a su hija en brazos, la cual se restregaba en ellos con felicidad. Les regaló dos grullas, una roja y una blanca, simbolizando su unión. Boruto se sonrojó por su gesto y besó su frente con afecto. Estaba un poco más alta. La alzó en brazos y ambos sonrieron. Boruto terminó de firmar unos papeles y se retiraron del orfanato. En el camino de regreso a su nueva casa, pasaron por una tienda para comprar el árbol navideño, sus decoraciones y el posible regalo para sus primas. Riri escogió casi todo con entusiasmo. Después de allí Sarada le comentó que en navidad conocería a sus abuelos paternos. Ella se mostró contenta y emocionada. Esbozó una cálida sonrisa y se aferró a su madre por la cintura.

—Gracias, por adoptarme, mamá..—miró a Boruto—, papá...

—Bien, entonces ¿qué quieres para navidad?—preguntó el rubio. Ella se quedó pensativa.

Déjame Enamorarte (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora