Boruto se había cansado de enviarle mensajes a Sarada luego de su partida. No permitió llamarla, ni que pudiera verse con ella de ninguna forma, incluso trató de contactarla a través de Himawari y nada. La Uchiha se había decidido a desaparecerse de su vida para siempre. ¿No se volverían a ver más? Maldecía para sus adentros. La chica que tanto intentó conquistar por dos meses, se había ido por su culpa, si no fuera porque se preocupó por su salud, hoy estaría a su lado; siendo cuidado por ella. ¿Por qué fue tan necia y quiso que perdieran contacto? No iba a acosarla. Solo trataría de conocerla a través de las llamadas. A la distancia podía funcionar. Por meses le envió mensajes y más sobretodo porque su salud empezó a desgastarse.
Ya había pasado un año y medio desde que no se veían. Las noticias estaban agarrotadas por el estallido de la inminente guerra. Konoha se había unido como aliada a Suna contra Kumo y Kiri. La guerra se había vuelto incluso más violenta que las anteriores guerras. El epicentro fue Suna y los países más pequeños a su alrededor, sin embargo, el gobierno de turno decidió poner la alerta y enviar a las personas a los refugios debajo de la tierra. Los que estaban en el hospital fueron trasladados a esos refugios. Boruto y Riri compartían carpa, porque sus aparatos eran costosos y necesitaban buena electricidad. Ella ya tenía casi ocho años dentro de poco sería su cumpleaños. Estaban armando grullas, cuando el rubio recibió un mensaje de su madre que decía:
>>Estamos yendo a visitarte con las gemelas. ¿Quieres que te lleve algo en especial?
Boruto sonrió contento y respondió que no era necesario. Riri se acercó y se sentó a su lado, podía moverse por su cuenta, a pesar de que tenía el suero por todas partes. Lo bueno es que sus camas estaban cerca a menos de dos metros. Lo habían hecho a propósito, porque la pequeña tenía más pesadillas que antes y a su lado se sentía segura. Acarició sus largos cabellos.
—¿Es la señora Hinata?
—Vendrá con mis sobrinas, ¿qué te parece?—sonrió.
—Al fin las conoceré—dijo entusiasmada.
Himawari se había casado con Kawaki y tuvieron dos hijas, Irina y Fumiko. Eran el calco de su madre, solo que pelinegras de ojos azules. Ya tenían tres meses de nacida y sus padres estaban en plena guerra. Himawari como teniente y él como capitán. Sus abuelos se estaban haciendo cargo de las niñas hasta que ellos regresaran de la guerra. Obviamente sus padres no estaban de acuerdo, en especial, porque todo fue apresurado y ni bien nacieron las niñas, estalló la guerra. No pudieron organizar su vida, tan solo seguir las pocas opciones que tenían, sus padres tuvieron que hacerlo por ellos. Boruto estaba contento. Porque sus sobrinas eran adorables y hasta tranquilas. Era una novedad y sin dudas, una hermosa experiencia. Todavía no las conocía, hoy sería ese día. Estaba ansioso al igual que Riri.
Yanagi ingresó en la carpa para los chequeos generales. Dejó las planillas y una de las pasantes con él, una chica de cabellos castaños y ojos negros. Ella no hizo nada. No era como Sarada, simplemente, obedecía a su superior y anotaba lo que le pidiera. Boruto solo se relacionaba con su médico. El cual todavía seguía siendo un amargado, a pesar de que tenía sus claras sospechas de que mantenía relaciones íntimas con Mei, aunque ella ya no estaba en el plantel. Se había trasladado a otro hospital la primavera pasada. El frío que entró, le generó cosquillas y acto seguido estornudó.
—Ah, maldición. Odio el invierno—se rascó la nariz—. Por cierto, Yanagi. Vendrán mis sobrinas a visitarme, ¿no es genial?
—Me parece bien—intentó sonreír y le dejó el estetoscopio a su pasante—. Mio anota eso en el cuadro de Observación. Creo que la respiración está entrecortada. Boruto...
—¿Sí?
—¿Cómo dormiste anoche? Porque arrojaron bombas cerca, necesito saber..
—Bien—mintió y bajó la mirada—. No te preocupes. El aparato funciona bien.
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Déjame Enamorarte (BoruSara)
FanficBoruto tiene una enfermedad extraña que le impide salir del hospital. Lleva conviviendo así desde sus 4 años. Lo bueno es que tiene una familia que lo apoya y lo quiere. Solo que vivió toda su infancia y adolescencia en el hospital. Su vida no es n...