Capítulo 14 : Amistad...

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Boruto recibió un mensaje de sus compañeros indicándole dónde quedaba la dirección del restaurante al que irían. Anotó los datos en su teléfono celular y se colocó el camperón azul que le regaló Sarada para navidad. Se puso los guantes y acomodó sus cabellos dentro del gorro. Afuera hacía un frío irremediable y él saldría con sus amigos igual. Boruto se estaba calzando las botas cuando Sarada besó su coronilla, levantó la mirada y sus ojos azules brillaron de la inocencia, se ruborizó al ver sus cabellos oscuros caer sobre él.

—Boruto, ¿cómo haces para vestirte al revés?—dijo en broma y él se puso de pie, para sujetarla de la cintura y apegarla—. Eres torpe...

—¿Seguro no quieres venir?—insistió y le robó un cálido beso—. Tengo miedo que después sientas celos...

—Boruto, confío en ti. Tu no me serías infiel, ¿no es así?—negó—. Entonces no te preocupes. Además son tus amigos, no los míos.

Boruto lo dudó por un momento y esbozó una sonrisa.

—Es que también me gustaría que te conozcan.

—¿Y qué haremos con Riri...?

—Ah...

Riri se levantó del sofá y corrió hasta sus padres sorprendiéndolos por detrás, les dedicó una sonrisa amplia y contagiosa, para afirmar:

—Puedo quedarme con los abuelos Sasuke y Sakura.

Intercambiaron una mirada perpleja y acto seguido se echaron a reír. Sarada no quería dejar a Riri con sus padres y no porque no confiara en ellos, solo que prefería hacerse cargo de ella, soltó un suspiro y no tuvo opción que aceptar ir con él. Al menos conocería gente nueva. Sin pensarlo dos veces le hizo una llamada a sus padres diciendo que dejarían a Riri con ellos porque se irían a una fiesta de año nuevo con el grupo de compañeros de clases de Boruto. Su madre no pareció molesta y aceptó gustosa la visita de su adorada nieta. Colgó el teléfono y Boruto estaba terminando de vestir a Riri con su abrigo. Partieron cuando estuvieron listos. En el tren viajaron casi en silencio, con excepción de Riri, que se la pasó haciéndoles preguntas a su padre por la fotografía y su cursado. El chico respondió a todas sus preguntas encantado.

Dejaron a la niña en la casa de sus abuelos y partieron hasta el supuesto restaurante. Boruto recibió una llamada. Era Natsu. Atendió sin dudarlo, sujetó la mano de su prometida y cruzaron la avenida a las corridas, al llegar al otro extremo el rubio pudo contestar:

—Estoy yendo. Ah...—recordó y miró a Sarada—. ¿Les molesta que lleve a mi prometida?—hubo un silencio del otro lado y luego lo notó nervioso.

>>No hay problemas, Boruto. No sabía que tenías pareja...—se sorprendió—. Estaremos encantados de conocerla.

Colgó la llamada, para cuando terminaron de llegar a la siguiente esquina y doblar a la derecha, para así toparse con el enorme edificio donde comerían. Antes de llegar hasta la puerta, una voz los detuvo en el camino, ambos se giraron; en especial Sarada porque reconoció su voz. Quedó sorprendida al verla. No sabía que ella también estuviera en la reunión. Boruto también la conocía. Hasta estaba igual de sorprendido que su prometida por su presencia.

—¿Mio...?—articuló Sarada. Boruto la miró.

—¿Se conocen...?

—Fuimos juntas a la universidad—respondieron al mismo tiempo y enseguida intercambiaron una mirada. La chica de cabellos castaños habló.

—Me sorprende que te acuerdes de mí, Boruto...—dijo apenada—. Yo...

—Bueno, recuerdo a las pasantes, supongo...—sonrió y ladeó la cabeza al visualizar a otra persona detrás de ella—. ¡Ion! ¡Por aquí..!

Déjame Enamorarte (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora