Después de haber salido del hospital, pasaría su cumpleaños con su familia en su departamento. Sarada le había dejado la llave a su hermano cuando se cruzaron el día anterior y por eso pudieron ingresar para organizarle la fiesta. Su amiga Chouchou también estaba ahí. Bajó del tren a las apresuradas y corrió escaleras abajo para descender a la calle y así tomar carrera, en minutos llegó a su zona residencial. Estaba exhausta y quería ducharse primero, haber cuidado a Riri fue lo más complejo, se había descompuesto y tuvieron que sedarla. Al menos el rubio estaba con sus defensas normales. Abrió la puerta de par en par y los invitados, incluyendo sus tíos, le gritaron:
—¡Feliz cumpleaños, Sarada!
No era cumpleaños sorpresa, solo no esperaba globos, guinaldas y pastel, sino algo sencillo. Tenía veinticinco y era adulta, no le gustaba llamar la atención, así que se quedó inerte, sin mover un solo pelo, en trance con la boca abierta del susto. Intentó articular una frase cuando fue rodeada por su madre y a continuación, por su tío Itachi.
—Ah, esto es...—dijo aún en trance—. Gracias. No lo esperaba.
—¿Por qué no? Lo mereces—sonrió con calma su tío—. Además es una fiesta por tu ascenso en el Centro de Investigaciones. Nunca me dijiste que estabas trabajando en ese proyecto.
—Ah, lo siento tío Itachi—se disculpó avergonzada, su amiga la rodeó con sus brazos.
—¡Sarada! ¡Cuánto tiempo sin verte!—se apartó para sonreírle—. Felicidades—miró sus cabellos extrañada—. Qué hermosa hebilla, ¿desde cuándo usas ese tipo de accesorios?
Sarada tocó la hebilla y su rostro quedó rojo como un tomate. Se había olvidado de quitárselo. Boruto se lo había regalado y hasta se lo colocó con delicadeza. Su corazón latió con fuerza al recordar la cercanía de sus rostros, sus dedos rozando sus cabellos, amó esa sensación. Y esos ojos azules. Desvió la mirada.
—Un regalo de mi paciente.
—¿Paciente?—repitió pícara, la sujetó del brazo y la arrastró hasta el sofá, se sentaron—. Cuéntame más.
Su amiga la conocía más que ella misma, ¿cómo? Pues eran amigas de la infancia y podían leerse sus mentes. Era imposible mentirle en la cara. Resopló intentando calmar su corazón. No quería sentirse vulnerable frente a su amiga. Y de hecho era la primera vez que se sentía así por un chico. Chouchou la miró expectante, sus ojos se mostraron inquietos, estaba nerviosa. Su mirada la ponía así. ¿No podía disimular? Imposible.
—Es solo un paciente más—mintió.
—Te gusta—concluyó en tono victorioso.
—¡No!—negó enseguida roja—. ¡Al contrario! ¡El gusta...—bajó la voz—. De mí.
Por reflejo acarició sus cabellos hacia atrás. Quería mostrarse natural como siempre y no le salía, ¿por qué ese chico la ponía tan nerviosa? ¡No debía sentir nada por él! Estaba prohibido y sus notas saldrían perjudicadas. Ella y su carrera universitaria. Soltó un suspiro avergonzada y se tapó el rostro:
—Ya no sé qué más hacer para rechazarlo.
Chouchou hizo un mascullido inaudible. Chasqueó su lengua.
—¿Tienes una foto? Quiero saber cómo es y te diré si es para ti—Sarada la fulminó con la mirada y buscó la foto de perfil de su teléfono—. Es él...
Chouchou inspeccionó la foto con detalle, haciendo gestos y levantando las cejas en señal dubitativa, como si estuviera evaluando algo. Hizo una mueca extraña con sus labios y llevó un dedo a su mentón, pensativa.
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Déjame Enamorarte (BoruSara)
FanfictionBoruto tiene una enfermedad extraña que le impide salir del hospital. Lleva conviviendo así desde sus 4 años. Lo bueno es que tiene una familia que lo apoya y lo quiere. Solo que vivió toda su infancia y adolescencia en el hospital. Su vida no es n...