CAPITULO 37

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Algo estaba pasando.. Samuel lo sabía, desde un principio se negó a admitir que aquella situación tan extraña fuera fruto únicamente de la casualidad.

No dejaba de repasar una y otra vez todo de lo que Carlos había hablado la noche anterior. Sabía que si llegaba a recordar todos los detalles, algo, cualquier cosa, por insignificante que pareciera le daría una pista del paradero del representante.

Pero por mucho que pensó, no consiguió nada.

Samuel comenzó a sentir, de repente, una enorme sensación de frustración. El, siempre averiguaba todo lo que se había propuesto en la vida...y el no poder esclarecer lo que en aquel lugar ocurría le causaba un tremendo malestar. La verdad era que el chico se estaba empezando a cansar de todo aquello.

No pienso rendirme!! Todo esto no podrá conmigo!! Descubriré la verdad aunque sea lo último que haga... No dejaba de repetirse en su cabeza.

De repente un terrible grito consiguió que Samuel distrajera aquellos pensamientos..

Poco después, escuchó un nuevo grito....

Samuel junto a Fede miraron hacia el salón de dónde parecía proceder. Los dos corrieron hacia el sonido, seguidos de García y José que parecían haberlo escuchado también.

A tan solo a un par de pasos de la puerta Samuel escuchó como aquel único grito se había convertido en un enorme caos de voces y ruidos en cuestión de segundos, entonces, lo supo... el muchacho no dudó, ni un instante, que aquel tremendo escándalo le iba a confirmar unos de sus peores pensamientos.

Algo terrible había pasado...

Al entrar en el salón vio como todos los que allí se encontraban, se agrupaban al lado de la puerta del comedor con las cabezas asomadas sin querer avanzar un solo paso más. Gritaban y lloraban completamente histéricos ante la imagen que parecía estar viendo en la habitación contigua.

Al llegar a ellos Samuel se hizo paso a empujones y consiguió entrar en aquella estancia... Seguido de García que, iba justo detrás de él, y su amigo Fede.

Cuando llegó al lugar, no podía dar crédito a lo que sus ojos veían, aquella terrible escena le confirmaba el peor de sus pensamientos... Samuel sospechó, desde un principio, que no todos los huéspedes del hotel iban a salir vivos después de aquel maldito puente de mayo, por desgracia no se confundió... Todo aquella situación le confirmaba que en esos momentos, corrían un verdadero peligro.

La escena parecía sacada de una película de terror... En un rincón se encontraba Carlos sentado en una silla con la cabeza apoyada sobre la mesa. El chico observó fijamente el puñal que aquel hombre tenía clavado en la espalda, durante un buen rato no pudo desviar su mirada, un enorme charco de sangre teñía,  al completo, lo que antes había sido un mantel blanco....

- SILENCIO!! - gritó.

Todo se callaron de golpe....

- Por favor, os pido un poco de calma... los gritos no soluciona absolutamente nada - el grupo pareció reaccionar.

- Está bien...manteneos en ese lado de la puerta...no entréis... Samuel y yo vamos a intentar inspeccionar la habitación... - les dijo García justo después.

- No te preocupes, Fede y yo no permitiremos que nadie entre - le respondió José.

- Gracias.

García se adelantó al muchacho y con gesto de cabeza le indicó que le siguiera.

- Pisa exactamente donde yo lo haga, no quiero que haya huellas por todos lados  - le dijo con la voz firme.

Samuel se dió cuenta que aquel hombre sabía muy bien lo que hacía, fue cuando recordó que había sido detective de homicidios durante muchos años, aquello le tranquilizó.

- De acuerdo... tú primero... te sigo - respondió Samuel.

- Siento tener que pedirte esto, pero como habrás comprobado no puedo contar en estos momentos con Javier - le aclaró.

- Lo entiendo - contestó el chico.

- No creo que nadie pueda conseguir calmar el lamentable estado en el que se encuentra su mujer... todo esto debe de ser realmente duro para ella... en cuanto Rosa mejore un poco, imagino que será el primero en prestar su ayuda - le respondió el hombre.

- Lo sé...

Samuel estaba totalmente de acuerdo con García, por lo que no dudó ni un instante en acatar a "pies puntillas" todo lo que éste le pidiera.

UNO DE NOSOTROS (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora